El asturiano, nuestros políticos y nuestros problemas
Me niego a pensar que el uso del asturiano en la Junta General del Principado sea uno de los asuntos que más preocupan a los asturianos en su día a día. Me niego a pensar también que el pasado mes de mayo elegíamos a nuestros representantes para que, nueve meses después, conviertan este asunto en el único debate y la única noticia de actualidad política (o así lo parece por lo recogido este lunes en los medios de comunicación) en el Principado. Vaya por delante mi respeto a todos aquellos que defienden el uso y la promoción del asturiano, pero este es un ejemplo más de que los políticos, los que nosotros hemos elegido, siguen haciendo lo mismo, mirar para otro lado y no ocuparse ni preocuparse de lo realmente importante.
Mientras Asturias sigue a la cola de casi todo (y no lo digo yo, un reciente estudio de la Unión Europea así lo confirma), ellos, nuestros representantes, siguen pensando más en clave nacional, en sus propios intereses internos y en sus cálculos electorales que en dar solución a las principales preocupaciones de los asturianos.
¿Qué pensarán las personas con discapacidad, sus familiares y las personas que trabajan con ellas de que se estén constituyendo en la Junta General distintas comisiones sobre varios asuntos (el asturiano es uno de ellos) mientras a ellos se les niega por omisión un espacio (ya prometido en campaña por varios partidos) donde poder participar y donde sentirse verdaderamente representados? Este es sólo un ejemplo de las prioridades que marcan las agendas de nuestros políticos.
Está bien, hablemos en asturiano desde la tribuna de la Junta General, pero dejemos también hablar desde ese mismo lugar, por ejemplo, a los desempleados, a las personas con discapacidad, a nuestros docentes, a las personas que sufren las listas de espera sanitarias, etcétera. Sí, yo también creo que hay que cambiar el reglamento de la Junta General del Principado, pero no solamente para el uso del asturiano en la institución, sino para convertir este lugar, y lo que allí se hace y decide, en algo más cercano, ágil, pegado a la realidad y que sea verdaderamente útil para resolver los problemas de los asturianos.
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