Los derechos humanos se desmoronan
Amnistía Internacional ha publicado su "Informe anual" 2016 recordándonos, un año más, cómo está la situación en materia de derechos humanos en 160 países. La protección de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario se desmorona por la acción deliberada de los gobiernos que atacan, abandonan o no apoyan las instituciones que se encargan de protegerlos. Esto afecta a Naciones Unidas, al Tribunal Penal Internacional y a diversos mecanismos regionales, como el Consejo de Europa.
Estamos viviendo el mayor desplazamiento de personas que buscan refugio desde la II Guerra Mundial. Los líderes mundiales están actuando tarde y mal frente a ésta y otras crisis. Y su reacción, en vez de enfrentar las causas de los problemas, se traduce en muchos casos en la represión de la sociedad civil y la libertad de expresión.
La crisis de refugiados se debe en parte al prolongado conflicto armado de Siria, donde los líderes mundiales están más preocupados por sus intereses particulares y cortoplacistas que por buscar una solución duradera para las víctimas.
Algunos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU bloquean cualquier medida que intente poner fin a crímenes de lesa humanidad o dificultan la rendición de cuentas por este tipo de crímenes. Naciones Unidas está más vulnerable que nunca ante estos enormes desafíos.
El conflicto sirio y la crisis de refugiados son terribles ejemplos de las consecuencias que tienen para las personas el incumplimiento sistémico del derecho internacional por parte de las instituciones. Pero Siria es sólo uno de los casos más sangrantes. Arabia Saudí, China, Estados Unidos, Hungría, Israel, México, Rusia o Venezuela también están en la lista.
Por otro lado, los grupos armados han cometido numerosas atrocidades y se están haciendo fuertes en lugares donde los estados no actúan con la diligencia debida. Nigeria y la República Centroafricana son ejemplos de ello.
España no es ajena a este asedio a las libertades y derechos: se han aprobado reformas legislativas que limitan la libertad de expresión y el derecho de reunión, y se han desoído recomendaciones de los mecanismos internacionales, contribuyendo a su debilitamiento.
Amnistía Internacional se ha dirigido a los gobiernos exigiéndoles que desistan de su ataque contra los derechos humanos fuera y dentro de sus fronteras y dejen de debilitar los sistemas que los protegen.
Francisco Javier Fernández López,
portavoz de Amnistía Internacional Asturias
Oviedo
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