El texto
Lo primero que puedo decir después de leer "Villamocho" (2015), de Antón Saavedra (Moreda, 1948), es que se agradece que un exsindicalista y, sobre todo, un minero haya decidido escribir un libro como éste.
En segundo lugar, intentaré matizar dos de los hechos de la más reciente historia de España –que salen citados en la obra–, ya que me parece que falta algún detalle.
En la página 53 del libro, por ejemplo, el autor alude a julio de 1969, cuando Franco designó al por entonces Príncipe de España, don Juan Carlos, sucesor a "título de rey", proclamación que llegó el 22 de noviembre de 1975, tras la muerte del dictador. Aquí considero imperdonable que no haya una línea para mencionar, entre otros, a Torcuato Fernández-Miranda, presidente de las Cortes en 1976, quien organizó el desmontaje de todo el entramado del Movimiento con aquella expresión de ir "de la ley a la ley". Sería bueno revisar, por ejemplo, el libro "Así se hizo la Transición" (1995), de la periodista Victoria Prego (Madrid, 1948).
Para conocer el verdadero origen de los sucesos de octubre de 1934 en Asturias (Saavedra, 2915: 103) sugiero a Antón que lea el segundo volumen de los denominados "diarios robados" "La victoria republicana" (2012), de Niceto Alcalá-Zamora, presidente de la Segunda República de 10 de diciembre de 1931 a 7 de abril de 1936. Entre otras cosas, el autor del prólogo apunta a las presiones que sufrió Alcalá-Zamora "de los representantes de la izquierda moderada y del PSOE" (Payne, 2012: 14) para anular los resultados de las elecciones de noviembre de 1933, porque, sencillamente, ellos no habían ganado, y que tras la determinación del Presidente a respetar la legalidad vino como consecuencia "la insurrección socialista de 1934, en que empezó el declive de la República" (ídem.: 14).
La lectura de "Villamocho", sin embargo, es interesante a continuación. En las páginas 112 a 115 vienen las fechas del cierre de los diferentes pozos y lavaderos de carbón –sin motivo alguno, para alegrarnos de ello–, repartidos por la cuenca del Caudal, la del Nalón o en el concejo de Oviedo, entre otros lugares. Y, posteriormente, unas en las que Antón aporta, por ejemplo, referencias al origen y a la formación del Montepío de la Minería.
De tener que hacer más reimpresiones del libro, me tomo la libertad de avisar al autor de lo siguiente. La palabra spa (Saavedra, 2015: 72, 128 y 130), según nuestro Diccionario de la Lengua Española", viene del inglés, y por eso debe escribirse con resalte tipográfico, por ejemplo, en cursiva. Y cuando leo: "¡Cagüenmimantu! Esa cantidad se reserva, pero no se anuncia..." (Saavedra, 2015: 98), no queda claro si son palabras del autor del texto o del aludido "capofamiglia", por lo que quizás ahí sean necesarias unas comillas.
Finalmente, no quiero terminar sin tener un recuerdo para un amigo que murió con 23 años en un accidente en Mina Confiada, de Tudela Veguín, en 1985, junto a otros tres compañeros. De haber sabido lo que hoy airea y cuenta en su libro Antón, creo que a mi amigo no le hubiera resultado difícil exclamar –respecto al "capo"– que esto, vamos, "ye como pa corta-y la cabeza a serruchu".
Gabriel Alberto Elías
La Agüeria del Viso (La Venta)
Langreo
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