Sindicato, a tu casilla
Cualquier ciudadano de formación media sabe que el Banco de España tiene el encargo de velar y guardar el buen funcionamiento de nuestro sistema financiero. De él, a través de su gobernador señor Fernández Ordóñez, emanen posibles soluciones o normas y no imposiciones, propias éstas del Ministerio de Economía. Gracías a algunas de esas normas, lso bancos españoles no "quebraron".
Pues bien, viene todo esto a que un tal J. Ricardo Martínez, alto representante de la UGT y que no debe conocer la misión de este gobernador, se le calntó la "sinhueso" contra las orientaciones y medidas propuestas por el señor Ordóñez (colocado en ese puesto por su "compra" sindical, ZP) diciendo lo de... "tener vergüenza y decencia y a irse a su puta casa" (y esto último, remarcado dos veces).
En primer lugar, este ¿señor...? para el cargo público que ostenta, ¿no debería tener el mínimo de educación? Recuerdo el "cuasi" estatuto funcionarial de aquella "Educación y Descanso" de los "enchufados" del régimen franquista, ¿y en los "enchufados" dle régimen zapaterista de hoy, señor Martínez? ¿cómo les va la "educación" y el "descanso" Y, en segundo lugar, cuando los dirigentes sindicales piden "decencia" a los demás han de callar y no olvidar que, hace años, es precisamente eso lo que les está faltando en ese subvencionado "maridaje-sumisión" con el régimen socialista ¿Qué curioso, que lso diálogos del pacto social lo formen solamente con el gobierno aquellos que cobran subvenciones de ése, patronal y sindicatos! ¡Y qué curioso también: éstos, han evolucionado desde aquella simple y angelical "correa de transmisión" dle partido a gobernantes fácticos en la sombra o "dispensadores de cariñitos a ZP" ¿se acuerdan de quel congreso? ¡Farsa sindical! Vamos camino de 5 millones de parados y no han hecho lo que sí habrían hecho, e hicieron con el PP. ¡Independencia sindical, ya! Modernícense y dejen sus "tics" decimonónicos.
Urge limpiar las arcas públicas de todo lo que huela a "pasteleo electoral" y escalada de subvenciones. Tal es el caso, también, de los llamados "cejateros" artistas y SGAE, cada vez más desacreditados en nuestra sociedad, verdaderos "enchufados" y cuyos ingresos superan en mucho a lo que nos venden. ¡Los videoclubs ya dan la cara...!
Porque, a todo esto, hay que preguntarse: ¿Quiere la clase obrera española ser defendida por las centrales? En la encueseta de calidad de vida en el trabajo elaborada por el departamento del señor Corbacho en el 2007, sólo el 15,8 por ciento de ocupados estaban afiliados a un sindicato. Hoy se sabe que no llega al 20 por ciento. El responsable de administración de finanzas de CC OO, Andrés Gómez, lo achacaba a la "falta de cultura sindical", ¿y, a sólo eso? ¿no será también debido a la "sobra" del "status funcionario-sindicalista" o de sumisión y subvención, señor Gómez?
Acabo señor Martínez: si no es usted capaz de argumentar sin "tacos" ¡váyase a su "limpia" casa! Y a los sindicatos, empresarios y partidos, para medir su aceptación popular: ¡váyanse a la casilla de Hacienda! Y de allí y de sus cuotas ¡vivan!
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