Rajoy, Pablo y Pedro son como un trabalenguas
Cuando cuentes cuentos, cuenta cuántos cuentos cuentas, porque cuando cuentas cuentos, nunca cuentas cuántos cuentos cuentas.
Así podríamos definir los discursos de estos tres señores: Los cuentos del nunca acabar. A Rivera lo dejo fuera porque, aunque no comulgo con sus ideas, creo que fue el único que aportó algo más que una lengua afilada en contra de los demás en este debate.
Son sabedores (y aquí está el fraude de estos políticos) de que están perdiendo el tiempo. Saben de la necesidad de entenderse. Saben que España está en una situación que no cabe esperar por perezosos y presuntuosos individuos. Saben que unas elecciones no arreglarían las discordias entre ellos, tampoco les iluminarían su mente cargada y atascada de orgullo y de arrogancia. Todo seguiría igual.
Hacen discursos para ofender y rebajar a los adversarios políticos, pero que en este caso les convendría ir pensándolos como socios imprescindibles si quieren conseguir ser recordados como hombres de Estado, como aquellos a los que recurren sin parar, pero que no saben imitar: los que hicieron posible la Transición. Lo agrían todo; en vez de elevar su nivel, lo que consiguen es que les veamos pedigüeños y pequeños.
Si quieres convencer, jamás debes desmerecer a nadie, tampoco se trata de hacer una representación de lo excelente que te ves a ti mismo y pretender vender lo que nadie quiere comprar de ti sin negociar y convenir.
Esto es más serio de lo que parece, Pedro. Tu programa y el de Ciudadanos podría suscribirlo en un 80 por ciento Podemos o PP, pero ¿los has tenido en cuenta para redactarlo? ¿Pretendes ahora que apoyen ese documento sin que ellos fueran partícipes en nada de lo que está plasmado, por muy aceptable que sea? Eso es hacer trampas, tomar por idiotas a los demás. Si deseas apoyos, debes sentarte en la mesa con aquellos que necesites, no presentarte con 130 escaños vendiéndoles la moto incompleta.
Si les dices a PP y Podemos que te faciliten la investidura por el bien de España, los españoles y todos aquellos que se beneficiarían de esas propuestas, ¿por qué no haces una cosa? Les propones que tanto tú como Rivera estáis dispuestos por esos mismos motivos, por el bien de los españoles. Dejad que, por ejemplo, sea Pablo Iglesias o uno del PP (Rajoy, desde luego que no) el que gestione ese programa que vendéis, si es que las propuestas son lo primordial y los cargos no importan. ¡Verdad que eso no cabe en mente alguna! Que los cargos sí cuentan. Pues aplicaos el cuento, es necesario obligarse, señor Pedro Sánchez, a acordar. Los españoles dijeron que así fuera. No caben conjeturas, odios, rencillas y pérdidas de tiempo en discursos de cuchillos afilados entre ustedes.
Sólo queda asumir el compartir Gobierno con otras fuerzas políticas, negociar, ceder y dejar el orgullo personal en casa y vestirse de responsabilidad para merecer tan alto cargo.
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