De borrascas y goles
Cuando el diablo no tiene qué hacer con el rabo mata moscas. Es una frase que repetía mi madre y por tanto heredé. En esa mi infancia el espacio dedicado a la meteorología de los telediarios duraba unos tres minutos, así como los deportes. Poco más o menos. Entonces un señor con bigote decía que según el barco K estacionado en Las Azores venía un frente nuboso y otro repeinado que el delantero Menganito se había lesionado y en su lugar debutaría la promesa Manolin. Y santas pascuas. Hoy cualquier canal que se precie tiene para ambos casos unos espacios exentos del cuerpo de información general, patrocinados y con duraciones de veinte, treinta o más minutos.
Por matar moscas esos ratos se han ido atiborrando de un relleno degradado que en personas de mediana inteligencia para arriba causa hastío y algo de irritación. Enviar en pleno invierno a diecisiete corresponsales con gorritos de lana y guantes de cabritilla a puertos de montaña a que cuenten como a su espalda se ve todo nevado me parece una porquería, así, sin filtro. Digo yo que la noticia en estas fechas sería que en Pajares están a cuarenta y siete grados a la sombra y las perdices mueren en vuelo.
Qué decir de los deportes. El espacio vacío entre jornada y jornada futbolera sirve para darle vueltas a chorradas e interpretar declaraciones o repasar como el entrenador se rascaba la cabeza después del segundo gol. En fin. Se le atribuye a Platón la sentencia de que los sabios hablan porque tienen algo que decir y los tontos hablan porque tienen que decir algo. Posiblemente el híper desarrollo de estas áreas ha habilitado algunos puestos de trabajo: adivinos de pensamiento ajeno o especialistas en alarmar porque en Langreo llueve. Pero yo, qué quieren que les diga, empiezo a estar más que harto de que me insulten porque es lo que considero que es ese tratamiento para lerdos. Convendría resetear para que algunos aprendieran a manejar información esencial. Un lindo ejercicio neuronal.
A dónde seremos capaces de llegar si como aval de esas noticias están la señora de Avilés que sentencia que como en casa en ninguna parte o el caballero de la Pola que exige Periquito selección.
Conste, para terminar, que soy un buen aficionado a los deportes, también al fútbol, y que desde niño me apasiona la meteorología. Me pregunto si la falta de criterio ha llegado para quedarse o está de paso. Si es así ya le toca cederlo. Aquí a mi espalda un mediocre, y otro, y otro, y otro
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