Temporeros de partidos fijos sin oposición
Hace muchos años viajaba yo a Bujalance, tierra cordobesa de olivos e industria aceitera, destacada por tener el mayor número de almazaras del mundo.
La migración temporal en Bujalance era familiar, normal y periódica. Eran movimientos migratorios temporeros para cubrir con mano de obra barata necesidades productivas puntuales en el tiempo del mundo rural.
Hoy día, esas migraciones se han trasladado, como por simbiosis, al mundo empresarial, al mundo político y en general a la sociedad consumista de nuestro siglo.
utilizar las personas, esa es la palabra, para cubrir urgencias de producción ya sean empresariales o políticas ha traído consigo la escasa profesionalidad y especialización en dichos sectores.
En el mundo empresarial la máquina ha ido sustituyendo la mano de obra bancaria pero con oposición por colectivos de Empresas de Trabajo Temporal de dudosa preparación técnica.
En el mundo de la política se ha producido el movimiento contrario. Se han hecho fijos, sin oposición y en agradecimiento por los servicios prestados, a todos aquellos que no se prepararon debidamente por haber dedicado su juventud al menudeo de propaganda política de los diversos partidos, a llenar teatros y plazas para mítines ideológicos que nunca llegaron a entender muy bien y al servilismo paternalista de los gerifaltes políticos de turno.
Consecuencia de todo ello es el bajísimo nivel de muchos políticos, de nueva hornada, tanto en áreas de gestión municipal, comunitaria o nacional.
Estamos viendo cómo los nuevos políticos, aprendices de casta, mediante un nuevo concepto de emp`resa de trabajo temporalL, colocan a hermanos, esposas, tíos, amigos, amantes, ahijados y en general a todos aquellos que se lanzaron a la política okupando lo público sin respetar lo privado.
Para esta nueva migración temporal por cuatro años lo importante son los papeles, no la profesionalidad.
¡Manda huevos, ovarios o lo que sea!... y los hijos de los demás a la vendimia a la fresa a las peonadas
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