La Nueva España » Cartas de los lectores » La "Bombonera" vacía

La "Bombonera" vacía

16 de Marzo del 2016 - Filippo Priore (Villaviciosa)

Con la rabia de quien sufre en sus carnes una injusticia y de quien, además, como consecuencia de esa misma inequidad, asiste impotente al desconsuelo de unos guajes que siente como si fueran hijos suyos, tras la derrota del jueves frente al Granada, el entrenador del Sporting, "el Pitu" Abelardo, se presentó a la rueda de prensa dispuesto a poner los puntos sobre las íes, sin importarle en modo alguno las consecuencias a nivel personal que ello pudiera conllevarle. Era consciente de que en apenas setenta y dos horas había que recuperar el ánimo de esos guajes que ahora veía llorando en el vestuario, y muy especialmente el de una afición que habría de llevarles en volandas frente a un rival de la talla del Athletic. Apeló por ello a que El Molinón se transformara en una especie de "Bombonera" a reventar.

Para los aficionados al fútbol, no es necesario aclarar que Abelardo no se refería a una caja de bombones llena a rebosar, sino al ambiente que se respira en uno de los estadios más famosos del mundo, donde al equipo rival apenas le llega el oxígeno a la sangre, porque todo el ánimo de las gradas se insufla directo a los corazones de sus propios futbolistas.

Y durante esas setenta y dos horas que mediaron entre ambos partidos, donde incluso fuimos portada de medios nacionales (siempre ocupados de los dos únicos equipos que parecen disputar esta Liga), algunos llegamos hasta a creernos que su mensaje había calado. Desgraciadamente, llegado el momento de la verdad, el domingo apenas fueron necesarios dos minutos para darnos cuenta de que la "Bombonera" no era tal, sino que se había quedado muda, completamente inútil para los intereses de su equipo, inútil y triste, precisamente como una bombonera sin bombones. Tal fue así, que salvo algunas acciones que parecieron despertar a los más bulliciosos, fue la afición rival, con menos de mil quinientos seguidores en las gradas, la que más se hizo sentir con diferencia durante todo el partido.

El público es soberano, se suele decir. Esto es algo que respeto, aunque no comparta del todo. Vaya por delante que yo también viví en mi niñez los maravillosos años ochenta, y es precisamente por eso que, desde la perspectiva, considero no menos cierto que la afición debería ser ante todo justa y darse cuenta de los medios reales con los que hemos estado obligados a competir en estos últimos años, así como de las circunstancias que están interfiriendo gravemente, día sí y día no, en nuestro rendimiento, como han sido, por ejemplo, las lesiones de larga duración de piezas clave de nuestro ya frágil engranaje, y, no menos importantes, las escandalosas decisiones arbitrales siempre en nuestra contra.

Considero que, llegados a este extremo, no hace falta volver a insistir en quiénes son los máximos y únicos responsables de que, durante estos dos últimos años en concreto, tengamos que saltar al campo en desigualdad de condiciones con el resto de los rivales. Sobre esto no creo que pueda haber discusión alguna. Aunque también aquí, tal vez la "Bombonera" gijonesa se haya vuelto cada vez más permisiva o quizá olvidadiza, a juzgar por las tímidas protestas que se escuchan últimamente en el minuto cinco de cada partido y que, en realidad, apenas duran treinta segundos.

Son "vox populi" las acusaciones al entrenador de transmitir, en ocasiones, en sus ruedas de prensa un mensaje derrotista. No seré yo quien diga que Abelardo no ha cometido errores (seguro que no más que cualquier otro entrenador del mundo). Pero, pregunto: ¿Cuántos de los jugadores que saltaron, por ejemplo, este domingo a El Molinón, hace sólo dos años se rompían el pecho por estos mismos colores en los fangos de los campos de Segunda B? Años y años llorando por un equipo plagado de canteranos, y, cuando por fin lo tenemos, aunque haya sido a la fuerza, por la mala gestión de un consejo incompetente, nos dedicamos a silbarles, como se hizo con Jony el domingo, cuando se retiró después, cierto es, de un partido no muy afortunado. Pero, ¿cuántos ha tenido acertados esta temporada? ¿Y la pasada? ¿Lo silbamos nosotros, y nos lo quieren quitar, sin embargo, de las manos Betis, Málaga y quién sabe cuántos equipos más? Lo lamento, pero veo vergonzoso que se silbe a cualquiera de nuestros guajes cuando, por el contrario, se aplaude a un jugador rival (como se hizo con Aduriz), por muy deportivo que esto pueda quedar de cara a la galería. A eso se le llama tirar piedras contra nuestro propio tejado.

Por otra parte, me resulta gracioso, por lo contradictorio que resulta, que haya quienes tachen a los jugadores de mercenarios cuando éstos no rinden al nivel esperado o cuando aceptan cambiar de aires, buscando mejorar sus objetivos deportivos y monetarios. Porque son los primeros que luego, cuando el equipo asciende, piden refuerzos y abogan por que se deseche a quienes ellos consideran inadecuados para la nueva categoría, como si de mercancía caduca se tratara. No es mi caso: estuve, estoy y estaré hasta la muerte con el míster y los guajes que nos trajeron a Primera. Ellos obraron el milagro y ellos habrán de ser quienes lo mantengan vivo. Y si no, nadie mejor que ellos para devolvernos de nuevo a la máxima categoría.

Estos últimos días, en el mundo del fútbol está siendo noticia un simpático guaje, a juzgar por su aspecto, de apenas tres años, primero con un vídeo en el que demostraba mayor conocimiento de la plantilla del Sporting que muchos de aquellos que la silban en el estadio, y, después, con otro vídeo, en este caso referido a una preciosa sorpresa que le dieron tres miembros de esa plantilla, al visitarle en su colegio. No tengo la menor duda de que si se le preguntara al respecto al precoz y fiel sportinguista, éste diría convencido que el año que viene seguiremos en Primera. ¡Y pobre del que quiera robarle la ilusión!

Cartas

Número de cartas: 46066

Número de cartas en Octubre: 4

Tribunas

Número de tribunas: 2087

Número de tribunas en Octubre: 1

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador