Vargas Llosa
Hace ahora un año, dediqué un escrito a Mario Vargas Llosa. Me motivó a hacerlo el constatar esa profunda contradicción del autor de "La casa verde" con sus posicionamientos político-ideológicos de los últimos años, que no casan con la denuncia que, por ejemplo, encierra "El sueño del celta".
Desde hace algún tiempo vengo defendiendo la idea sobre las dificultades que tienen algunos personajes relevantes de la vida social, cultural, política sobre su incapacidad de envejecer con dignidad. Creo que es el caso de Vargas Llosa, no sólo por su deriva ideológica, que también, sino por su acomodamiento en el mundo de la farándula, del espectáculo, de la prensa del corazón. Me resulta intelectualmente incomprensible cómo se puede escribir un ensayo tan lúcido, tan acertado en la denuncia del mundo de la prensa amarilla como lo fue "La civilización del espectáculo", y hoy ser la portada constante de la llamada prensa del corazón.
Hace unos días, con motivo de la presentación de su última novela en Casa América, había más periodistas de la prensa del corazón que de la prensa seria, y, al parecer, tenían prisa por terminar el evento porque inmediatamente tenían que ir a cubrir la salida de la cárcel de Isabel Pantoja. Es decir, el escritor de reconocido prestigio, premio Nobel de Literatura, compitiendo en la prensa amarilla con la tonadillera que salía de la cárcel después de cumplir condena por corrupción.
Ante la pregunta de un periodista sobre su presencia en las revistas del corazón, Vargas Llosa contestó: A mí no me gusta estar allí. Aparezco por razones personales (¿?) ¿Qué tendría que hacer para no aparecer?". Pues, hombre, con 80 años cumplidos, personaje relevante de la cultura universal, conocedor de todos los secretos del periodismo, de las miserias humanas, de la política, de los resortes del poder, ¿no sabe qué hacer para no salir en la prensa amarilla/del corazón? Pero sí sabe cómo entrar de la mano de su nueva pareja, Isabel Preysler, profunda conocedora, alma máter de estas publicaciones y que él mismo termina dándose la respuesta al final de la entrevista: "El fenómeno de 'Hola' resulta interesante. Los periódicos descienden en sus tiradas, mientras 'Hola', sólo en España, imprime un millón de ejemplares. Hay millones de personas que siguen ese tipo de material". Le faltó señalar: ¡Y cómo pagan de bien las exclusivas, según me ha comentado Isabel!
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