Sin oficio, pero sí con beneficio
Cada vez que hay recambio en el Congreso de los Diputados suele salir a la palestra lo que cobran sus señorías cuando se quedan sin escaño. Hoy, por tanto, ya tenemos tema y alpiste para los tertulianos durante varios fechas. Los diputados cesantes se llevarán a casa 2.813,97 euros al mes en concepto de paro y cada mochuelo a su olivo. Pero una vez más, todo esto se olvidará pronto.
La pobrecita Ana Mato, que para ella no ha habido puerta giratoria, no parece justo que tras los múltiples servicios que ha prestado al Estado como ministra y como parlamentaria, y al Partido Popular como jefa de campaña y abanderada de su código ético se vea obligada a cobrar 54.000 euros que le corresponden como ex diputada desempleada.
Resulta decepcionante que una persona con su alta cualificación profesional no encuentre trabajo y, peor aún, que no le busquen una colocación en un consejo de administración cualquiera. ¿Ni siquiera pueden darle un puesto en Telefónica para que trabaje al lado de Trinidad Jiménez, otra ex ministra? Si lo lograron tantos ex ministros del PP y del PSOE, ¿por qué ella no? ¿Solo porque no vio el Jaguar de su marido en el garaje y aceptó regalos de la trama Gürtel en las fiestas de cumpleaños de sus hijos? Ese no puede ser el impedimento y si no que se lo pregunten a Rodrigo Rato o al mismo Urdangarin, pongamos por casos.
Pero no solamente es esa la cuestión por mucho que nos moleste que de esos privilegios se beneficien personas como la señora Mato; el problema está en que la política se ha profesionalizado de tal manera que hay quien ve en el escaño o en la concejalía el coche oficial o el kilométrico, unos momios que fuera de ella no serían capaces de mantener.
Dicen que son 64 ex diputados los que se van a beneficiar de un sueldecito muy por encima de la media durante dos años, porque fuera de la política no han encontrado trabajo, pero sí han encontrado un chollo, porque quién les va a dar casi tres mil euros mensuales a sus señorías que no tienen de oficio más que la experiencia de obediente militancia.
Los que defienden estas prebendas, argumentan que los diputados salientes no tienen derecho a cobrar el paro. Pero si usted es un españolito de a pie cobrará como pensión de jubilación una cantidad de poco más de 1.000 euros mensuales habiendo cotizado muchos años a la Seguridad Social.
En fin, esto sí que huele a casta pura y dura.
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