Bellos tropiezos
Cuando me dispongo, con mis manos, a pasar una página del libro que estoy leyendo, me detengo y mi mente vuela muy lejos, al precioso parque donde las hojas mecidas por un ligero viento, se van depositando, sobre los jardines, los bancos y el suelo, y viene a mí el recuerdo de tus primeros pasos a mi lado, el temor y el miedo a que te caigas se acentúa en mi mente, te cojo por las manos, mientras tus pequeños pies, se posan en el suelo y empiezan a sujetar tu pequeño cuerpo, la sensación es algo muy difícil de describir.
Mi ilusión se ve truncada, cuando te caes, y tus rodillas tocan el frio suelo y una lágrima resbala por tu mejilla, me agacho, para consolarte y me miras, y rápidamente te sonríes y vuelves a coger mi mano, para poder levantarte y seguir intentándolo con toda tu ilusión. Hoy ya han pasado muchos años, y eres mayor y la vida te dará cosas buenas y otras no tan buenas, y yo, solo quiero recordarte que aun sigo aquí, y como entonces, estoy a tu lado, con la mano tendida siempre, siempre, cerca de ti. Un Padre
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