La condena de los condenados
Rita Maestre, la portavoz del Ayuntamiento de Madrid ha sido declarada culpable de un delito contra los sentimientos religiosos. El juzgado de lo penal 6 de Madrid la ha condenado a pagar una multa de 4.380 euros por manifestarse hace cinco años con el torso descubierto en la capilla de la Universidad Complutense.
Cuando participó en esa manifestación pacífica la ahora portavoz municipal no estaba en política. Pero algunos quieren usar este castigo rancio para que deje su cargo, ya que inhabilitarla no puede por la anterior deducción. Todos saben que nada tenía que ver esa manifestación con un asalto o querer dañar los sentimientos religiosos de nadie. Solo estaban en contra de que existiera una Iglesia dentro de la Universidad. Pero a los condenados nada de eso les interesa interpretar, solo buscan fustigarla por osar presentarse en sujetador delante de un cura. Esto de los curas es de estudio a fondo, se sienten dañados en su sensibilidad religiosa por ver una jovencita en sujetador aunque fuera en una Iglesia (quizás sus modos no fueran del todo correctos ¿Pero quién en su juventud no cometió imprudencias incluso cosas peores que esto, y no por ello su conciencia les pide castigo semejante para sí mismos?) pero estos mismos curas no se muestran tan predispuestos a escandalizarse y denunciar lo que tienen dentro con todos los casos vergonzantes que no hace falta volver a trascribir.
Maestre manifestó en el juicio que fue una protesta pacífica "que vistas las consecuencias no lo volvería a hacer" aunque mantuvo que "no era consciente de que estaba cometiendo un delito sino que era una protesta como otras de tipo político" en las que participaba como universitaria activista. ¡Pues con todo eso la Juez, le condena! Lo de estos jueces también es de estudio, se muestran casi complacientes, alargando juicios e incluso cómo vimos pueden hasta actuar de abogados defensores de los corruptos del poder. ¡Oye! Con qué rapidez y facilidad dan un veredicto, condenan a los roba gallinas y a jóvenes como Rita por oponerse pacíficamente en contra de algo que interpretan ellos, e interpretamos muchos que no debiera ser y existir.
La hipocresía religiosa una vez más aparece por estas fechas señaladas para los verdaderos católicos. Se llenan las calles de encucuruchados paseando estatuas en un espectáculo tan respetable como discutible, con una carga de paseíllo de feria, que me dice que Jesús si le diera por dar otra vuelta por este mundo y observara cosa igual, igual los sacaba a patadas en el trasero como lo hizo con aquellos mercaderes del templo. Ya que, esta parafernalia tiene más tintes de exhibición circense que de una verdadera representación religiosa. Así somos, así nos creemos. Nos creemos cristianos perdiendo el tiempo en este tipo de desfiles, pero no somos más que una distorsión de la verdadera realidad. El auténtico cristiano, ese que Jesús abrazaría con fuerza, no estaría encapuchado paseando maniquís; sería aquel entregado a los demás, a los más débiles de esta sociedad, siempre discreto y a cara descubierta.
Como estamos en fechas cercanas al día del padre, acabar con una frase:
"Padres buenos hay muchos, buenos padres, hay pocos. No es difícil ser un padre bueno, en cambio, no hay nada más difícil que ser un buen padre como lo han sido muchos. Gracias a todos esos padres que en vez de amigos de sus hijos, fueron y son solo sus papas.
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