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Medicina Intensiva: la solución a una necesidad

23 de Marzo del 2016 - Emilio García Prieto (Oviedo)

El pasado día 12 de marzo se publicaba en su diario una entrevista a la anestesista Cristina Iglesias Fernández en la que se vertía la siguiente afirmación: "No se conciben los cuidados críticos sin un anestesiólogo detrás, mientras que en España los cuidados críticos están en manos de los intensivistas, una especialidad que no existe en otros lugares".

Pues bien, desde la Sociedad Asturiana de Medicina Intensiva (SAMI), preocupados por la alarma social que puede generar dicha aseveración, creemos conveniente realizar algunas aclaraciones.

Entendemos por "paciente crítico" aquel que presenta un fallo grave de los órganos vitales, con amenaza inminente para su vida y que puede recuperarse. Por ejemplo, accidentados graves, parada cardiaca, infecciones severas, hemorragias cerebrales, fallo respiratorio, etcétera. Gracias a los avances tecnológicos de la segunda mitad del siglo XX es posible ofrecer la curación a estos pacientes (respiración asistida, máquinas para diálisis, dispositivos para ayudar al corazón, etcétera). Así, a principios de los 60 se funda la primera Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) en Estados Unidos y en los años 70 se reconoce la necesidad de "especialización" de los médicos que atienden a los pacientes críticos.

¿Cómo se ha organizado dicha especialización? Según los recursos y las circunstancias sociosanitarias vigentes en cada país, el modelo varía de unos a otros. En líneas generales existen dos caminos diferentes para llegar al mismo destino final.

Uno, como "supraespecialidad", es decir, después de haber realizado una especialidad primaria (cirugía, anestesia, medicina interna, neumología, pediatría) se exige un período de dos años adicionales para conseguir la especialización en medicina intensiva o crítica. Este modelo está vigente en USA, Australia y la mayor parte de Europa.

El segundo modelo promueve una especialidad primaria centrada en el paciente crítico: "Medicina Intensiva" (MI). Este último es el actualmente vigente en España, Suiza y China y goza del reconocimiento de la Sociedad Europea de Medicina Intensiva y Crítica (ESCIM). Esta diferencia de modelos no debe confundirse por tanto con que no existe como especialidad médica en otros países.

En España funcionan actualmente más de 300 servicios de MI que atienden anualmente a unos 250.000 pacientes. En Asturias contamos con cuatro servicios: Oviedo, Gijón, Avilés y Valle del Nalón, para acoger a los pacientes críticos de toda la comunidad.

Así pues, queremos transmitir a la ciudadanía un mensaje tranquilizador ya que si su vida llega a correr peligro y ha de ingresar en la UCI será atendido por enfermeros con formación específica en pacientes críticos y por médicos intensivistas, profesionales que han adquirido las competencias, habilidades y conocimientos necesarios para luchar por su recuperación y, si ésta no es posible, para aliviar su sufrimiento.

Emilio García Prieto, secretario de la Sociedad Asturiana de Medicina Intensiva (SAMI), Oviedo

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