Llorar Europa

21 de Marzo del 2016 - Carlos Muñiz Cueto (Gijón)

La globalidad es la pretensión de katholikós: «universal, que comprende todo». Desde esa globalidad debemos establecer la cooperación de todos entre todos o, después de tantas advertencias, no acabará muy bien este proyecto. Europa se ha equivocado: no ha sabido liderar a la unidad política de sus ciudadanos por desconfianza. Tampoco ha sabido ampliar su mercado común a: Georgia, Armenia, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Egipto, Libia, Argelia, Túnez, Marruecos; para invertir a ese otro lado de la mar, unos medios de producción que generen riqueza y mejoren la vida a sus habitantes: lo cual mitigaría la presión migratoria. Creyó que bastaban las fronteras de España, Italia y Grecia: pero ni siquiera ayuda a Grecia. La cultura zulú y xhosa, en ese extremo sur africano tan alejado del norte europeo, poseen un diamante: una palabra de significado filosófico y cultural maravilloso. Esa palabra es ubuntu: un distintivo cuyo concepto podría guiar a la cooperación que se debe impulsar, pues: «una persona con ubuntu es abierta y está disponible para los demás, respalda a los demás, no se siente amenazado cuando otros son capaces y son buenos en algo, porque está seguro de sí mismo, ya que sabe que pertenece a una gran totalidad, una totalidad o globalidad que decrece cuando otras personas son humilladas o menospreciadas, cuando otros son torturados u oprimidos».

Cuando dejamos algún lugar, o no lo poblamos de descendencia, dejamos campo libre para que otra vida lo ocupe. Europa hace tiempo que tiene un índice de natalidad muy bajo y deja campo libre. Ahora los dirigentes europeos plantean cerrar las fronteras a los refugiados por lo de siempre: creen defender el bienestar de sus privilegiadas sociedades decadentes: unas sociedades sin natalicios para concentrar y disfrutar riqueza. Encerrada tras el cristal, abandona espacios y olvida ser en tanto los demás son, olvida dar confianza a sus jóvenes en edad de procrear. Necesitamos más ubuntu y katholikós para mostrar esa universalidad que comprende a todos. En primer lugar, lograr que no haya refugiados deteniendo la violencia allí donde se origina. Estas migraciones lo son por una guerra interesada en provocarlas que nadie detiene, o por la pobreza generada por una irresponsable economía que nadie interrumpe. Por eso debemos dar cobijo a los refugiados y procurarles el futuro que no supimos brindarles en su lugar de origen. A esa equivocación de entonces y de siempre, no podemos añadir más catástrofes globales. Katholikós y ubuntu deben cooperar y colaborar para perseguir un mismo bien: amar a todos, elegir la vida, dar libertad y perdón: ser en tanto los demás son.

¡Pobre Europa! Sólida como un azucarillo defiende su edulcorado status quo mientras se va disolviendo en el húmedo llanto de los otros. Como granos de granada hacen piña: proclaman sangrante austeridad a los otros y ponen solidarias defensas en sus fronteras, porque les asusta lo que ven tras el cristal. Los nacionalismos y los nacionalistas, solidarios entre si, afirman su propia desconfianza hacia los otros, cierran filas y se proponen crear fronteras secesionistas para formar taifas: un mal asunto y poco juicio. Quisiera llorar.

Cubrámonos la cara con tierra blanca, pues no se admite la tristeza a este lado del cristal.

Cartas

Número de cartas: 46057

Número de cartas en Septiembre: 161

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador