Ramón Rodríguez, un gurú de la economía
Conocí a Ramón Rodríguez, alcalde de Villayón, por motivos de trabajo solamente y no puedo menos que decir que, siempre, sin excepción, me atendió diligente, educada y eficazmente en las pocas solicitudes y relaciones derivadas del trabajo que mi empresa desarrollaba y sigue desarrollando en el Ayuntamiento de Villayón que él regentaba. Por tanto, para mí, fue todo un caballero del que nunca me interesó ni me interesa, para nada, su color político.
Por lo que de él conozco, en su etapa de regidor, fue un alcalde digno de admirar. ¿Qué por qué?, pues sencillamente porque se fue dejando al Ayuntamiento que gobernó durante más de 30 años con una deuda de cero euros. ¿Y por qué más?, pues porque Villayón es uno de los pocos ayuntamientos, no solamente en Asturias sino de toda España, que no tiene adoptado el llamado Impuesto Sobre el Incremento del Valor de los Terrenos, antes llamado impuesto de plusvalía municipal, o lo que es lo mismo, lo tiene con una escala de gravamen del cero por ciento. Por lo tanto, sus paisanos pueden estar agradecidos y dormir tranquilos todos los días, lo que no es poco en estos tiempos que corren y encima porque se pueden morir tranquilos ya que, si lo hacen, sus familiares herederos nada tendrán que pagar al no estar castigados por tal impuesto.
No en vano, Ramón Rodríguez decía: no gastes lo que no tengas ni pidas lo que no puedas devolver. Sin duda ese don, de no ser una persona intachable, puede romperse cuando levantas la guardia o te tiras a la piscina influenciado por el humo de las ilusiones o la realidad de las tentaciones.
¡Por favor, que levanten la mano los que puedan imitar al referido alcalde administrando de esa forma un Consistorio!
Personalmente, allá donde esté, creo que merece descansar en paz el señor alcalde de Villayón.
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