Profesionales, amateurs y ataques musicales
Leemos en su periódico del pasado lunes 21 de marzo un artículo firmado por Joaquín Valdeón titulado Luces, lucimiento, donde expone sus impresiones sobre la Gala de los Premios Líricos Teatro Campoamor celebrados en Oviedo el 19 de marzo. En lo referente al aspecto musical nada que objetar a una voz autorizada por muchos años de crítica musical ejercida desde sus páginas, y por una trayectoria musical como director de coros ciertamente admirable por el prestigio de las formaciones de las que se ha hecho cargo. Sin embargo, al final de ese artículo se lanzan ataques injustificados e imprecisos a la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo que nos gustaría aclarar.
El Sr. Valdeón nos define como el coro amateur municipal de mayor presupuesto del país, en una frase que no puede ser más desafortunada. En primer lugar porque la capilla no es un coro municipal, es una asociación cultural sin ánimo de lucro que es contratada por el Ayuntamiento según lo presupuestado cada año para participar en el Festival de Teatro Lírico y los Premios Campoamor, actividad por la que factura cantidades ínfimas comparadas con cualquier otra agrupación de sus mismas características.
La Capilla se nutre de voces jóvenes que suplen con ilusión la carestía de dinero. Solamente un 40% de sus integrantes recibe una pequeña compensación económica en forma de becas de formación coral convocadas transparentemente cada curso según las necesidades de la formación y el presupuesto disponible que no se ajusta a la cantidad de trabajo realizado. Porque seremos un coro amateur, pero las exigencias son de nivel profesional, y la ingente cantidad de horas de ensayo que precisa una producción de altísimo nivel como las que tenemos el honor de participar cada año en el Campoamor no entienden de profesionalismos.
Desde su fundación en 1970 este coro ha realizado una actividad en favor de la divulgación de la música asturiana en toda España y tanto en sus giras por Europa como por América ha llevado orgullosa el Ciudad de Oviedo como seña de identidad de la ciudad que la acoge, pero que en ningún caso la asume como municipal. Somos conscientes de la enorme responsabilidad que supone el subir a las tablas de un templo de la lírica como es el Teatro Campoamor y procuramos cumplir con nuestro trabajo de la mejor manera posible, por el mero amor a la música, nunca en busca de un dinero que a muchos de los jóvenes becarios no cubre ni los gastos de desplazamiento. Es ese amor a la música, esa búsqueda constante de la mejora y el perfeccionamiento, esa ilusión por crecer artísticamente es la que nos impulsa cada día a encerrarnos a ensayar horas y horas.
La calificación "amateur" utilizada de manera peyorativa por el Sr. Valdeón para referirse a nosotros nos parece un ataque injustificado e inaceptable. Porque la profesionalidad no se demuestra con títulos, papeles o medallas. Se demuestra con el trabajo realizado cada ensayo, cada función, cada temporada sobre el escenario. Y de eso nos sentimos muy orgullosos.
Alejandro González Villalibre, jefe de coro de la Capilla Polifónica Ciudad de Oviedo
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