Politicos y religión, bajo minimos

Llegó la democracia vestida de esperanza y futuro prometedor. De aquella los políticos sabían que tenían que ganarse el respaldo de los ciudadanos, recorrían la calle y se hacían fáciles y transparentes. Ahora, sin embargo, son los ciudadanos quienes tienen que ganarse a los políticos de turno, ya que dominan de por tiempo las alcaldías y concejalías. Muchos como en el caso de los alcaldes de Oviedo, Gijón y Aller por poner ejemplos cercanos, ya que en casi todos los consistorios donde los fondos públicos y privados son abundantes se aferran en el cargo los alcaldes y concejales como lapas. ¿Será por vocación?, ¿será por que se creen los únicos del lugar capaces de llevar esas riendas?

Si nos atenemos a los datos alarmantes de corruptela que van apareciendo, podemos decir que muchos roban, otros sacan beneficios y los que menos están por aparentar y satisfacer su ego personal. Donde hay dinero sin dueño, hay caraduras que se piensan que el resto que es más honrado es idiota, de ahí que tengamos que perseguir esas situaciones con enérgica dureza o nos estamos cargando el estado de derecho que pusimos en marcha con tanta ilusión. Lo curioso del tema es que no deja de haber defensores de tales bandas y cuatreros, reeligiéndolos aún después de estar implicados en tramas corruptas. ¿No tendremos lo que merecemos?

Podemos criticar el gasto del gobierno en coberturas sociales y como mínimo admitir como única salida el avalar o dar dinero de las arcas del Estado a financieras y bancos, donde sus asesores y altos cargos llevaron a la ruina financiera y nos metieron en una crisis mundial que siempre pagan los mismos (los trabajadores) al mismo tiempo que ellos siguen manteniendo sueldos, prejubilaciones y liquidaciones multimillonarias, sin que nadie les pida cuentas por su mala gestión y predicción.

Podemos manifestarnos, insultar y gritar improperios al presidente que hemos elegido democráticamente y aplaudir con todo entusiasmo a la Familia Real, que nos viene dada por herencia sanguínea, no digan que es al menos difícil de digerir.

Podemos manifestarnos en contra del gobierno por sacar leyes como el aborto, divorcio, matrimonis gay, dar más competencias a las comunidades autónomas, etc. y no poner colorados a todos los abanderados de dichas manifestaciones como Aznar, Oreja, Esperanza y el Benigno Blanco ese que lidera ahora manifestaciones y platós de tertulianos en contra del gobierno por romper la familia por todas esas leyes que durante los 8 años de gobierno de Aznar no modificaron ni abolieron. Aznar por ser presidente, Oreja ministro y Benigno Blanco secretario de Estado durante esos 8 años. ¡Hay que tener cara dura, dura y dura! En vez de derogar esas leyes hacían uso de ellas: abortaban, se divorciaban y los homosexuales que también los hay en el PP, se casaban desde la entrada de esta nueva y controvertida Ley, que verán como tampoco la revocarán cuando estén en el poder (no es lo mismo predicar que dar trigo). Cómo no recordar también cuando Aznar hablaba en catalán o pactaba con el PNV, dándoles las mayores competencias de la historia de la democracia, ahora lo que hace Zapatero rompe la familia y España. ¿Nos toman por idiotas? Mejor se hubieran entretenido en discutir o invalidar esas leyes en vez de emplear el tiempo en acudir a las Azores para planificar invasiones y genocidios.

De la Iglesia, de mi Iglesia, diré poco más que esto: se están quedando sin sacerdotes. De los que siguen muchos están marcados por los casos conocidos en Irlanda y Estados Unidos, donde no creo que se salgan de la media general en cuanto a los delitos aparecidos, que en sus manos de voto a Dios, se me antojan dificultosos de digerir.

Y que hace Rouco y compañía, entrometerse en la política del gobierno y encabezar manifestaciones, o azuzar desde las parroquias a acudir a las manifestaciones en contra del gobierno porque rompe la familia convencional. Debemos de entender por familia por convencional hombre y mujer unidos para procrear. ¿Qué familia componen ellos, con el celibato? ¿Es convencional? ¿Rompen la familia de siempre? Además, la historia nos demuestra que pueden dar la comunión diariamente a dictadores crueles, y negársela a los hijos de separados o negarse a admitir el divorcio, al mismo tiempo que pueden casar varias veces a famosos que por supuesto les concedieron la nulidad por motivos que niegan a los pobres. Como antes, que quien podía pagar comía carne sin pecar; y el pobre que además de no poder pagar, ¿cómo podría tener para carne? Cómo es posible que todo el colectivo eclesiástico tenga directrices marcadas de voto y opinión en contra del Partido Socialista, cuando también es criticado por la derecha por aprobar leyes socialmente indiscutibles para cualquier estatuto cristiano, como que no solo no rompen familias si no que unen otras diferentes, y dan coberturas a colectivos que antes no tenían:

La ley de dependencia, los matrimonios gay, las ayudas a recién nacidos, la subida de aportación del Estado para ayudas del tercer mundo, alianza de civilizaciones, coberturas a los parados de larga duración, ley de igualdad, la ley de violencia de género, etc. ¿hay quien de más? Se me antoja incoherente la postura de nuestra Conferencia Episcopal, donde tendría que poner empeño de verdad es en solucionar su incompetencia para catolizar y animar a los jóvenes a la vocación del sacerdocio, que por otra parte sin la hipocresía actual se me antoja imprescindible y necesaria para una sociedad sana.

Podemos criticar al Gobierno, se lo merece en muchos momentos, pero si lo hacemos desde la incoherencia y la hipocresía me da que envolvemos todo de un tufillo clasista y partidista, lleno de moralina con olor a egoísmo ideológico mal entendido e interpretado. Reflexionen un poco políticos y eclesiásticos actuales, los ciudadanos no son cortitos como se piensan ustedes, simplemente les hacen pasar de todo, y eso tiene un riesgo: el cargarnos la confianza de Iglesia y Estado de derecho.

Al señor Zapatero le pediría que si no puede con la nave, deje el timón al mejor timonel; al PP, que aporte algo más que dar leña al mono . Enestos momentos es fácil hacer volver a resangrar la herida, eso sí es ser cortitos Rajoy, sean más ecuánimes y valientes, talen el árbol, en vez de hacer leña del caído. A la Iglesia simplemente que catolice en vez de azuzar odios parroquiales; y a la clase política en general que los intereses generales están obligatoriamente por encima de los de partido, pongan remedio firme contra la corruptela sea del signo que sea y no traten de justificar lo peor de un partido, con lo más malo del otro.