Cobardía, madre de la crueldad
Los gobiernos ineptos e insolidarios, fraccionan esta sociedad en guetos, donde siembran esos lugares de pobreza, desigualdad y desempleo; donde solo pueden cosechar inseguridad, radicalismo y terrorismo.
De una vez por todas debiéramos enterarnos que no podíamos seguir viviendo por mucho tiempo en Países prósperos, rodeados de otros con gran miseria. En algún momento tenía que pasar que nos invadiera esa indigencia que nada hicimos por solucionarla allá en sus Países o en esos barrios abandonados a su suerte. Ese momento, creo que está pasando. Solo queda rectificar lo antes posible y ayudar a quienes nos reclaman e imploran auxilio, que les abramos nuestras puertas aquí y ahora. El hambre y el miedo no sabe de fronteras, no hay seguridad y vallas que lo puedan frenar.
Si el terrorismo es perverso, el radicalismo está a su altura, ya que es fuente de odio y no consigue otra cosa que multiplicar el terror. Ésta UE, se tiene que poner las pilas en ambos sentidos, no permitir que los radicales se adueñen de las calles y que los terroristas no tengan ni una disculpa más para cometer estas atrocidades, empezando por acoger a todos los refugiados y convertir la pobreza y guetos en esperanza e ilusión. Y no cabe duda que al mismo tiempo hay que empezar por creer que existen los servicios de inteligencia, y una estrategia común para, si hay que usar las armas sea sin tirar bombas por tirar, que solo consiguen más refugiados, muerte y dolor; sumando en cada bombardeo miles de adeptos dispuestos a vengar semejante genocidio sin razón y control.
Podemos hacernos todos mil preguntas y respuestas, argumentar cada cual lo que quiera, pero lo que no hay duda es que cuando miles de jóvenes están dispuestos a morir matando indiscriminadamente, es que algo esta sociedad no hace bien. Ya que puede aparecer un loco o veinte, pero que jóvenes criados entre nosotros, planifiquen durante dos o tres años inmolarse cometiendo atentados solo por hacer el daño mayor posible, es para que personas de un intelecto superior al mío, puedan analizarlo, interpretarlo y saber darle una salida a esta sin razón. Ya ven que no cité religión alguna, ya que un crimen no se puede justificar en nada, menos por fanatismo religioso alguno. A mí se me escapa de la mente, por ello simplemente creo que algo debemos cambiar en este mundo desigual, insensible e insolidario.
Luego está la cobardía intrínseca de nuestros gobernantes, se piensan que ellos con sus escoltas están ajenos a sufrir lo que padecerán los demás ciudadanos y por eso actúan tarde mal y nunca. Contra el terrorismo, es algo más complicado, más a reflexionar a la hora de buscar respuesta inmediata que solo trae precipitación sin solución alguna. Pero contra el radicalismo que se manifiesta en forma de protestas violentas o partidos que llevan en sus programas señas de identidad xenófoba, deben ser implacables. Prohibirles manifestarse y deslegitimarlos e ilegalizarlos para presentarse como partido político en cualquier democracia de nuestro entorno por atentar contra las libertades democráticas, apoyar la violencia y justificar el racismo y la xenofobia.
Tanto el terrorismo como el radicalismo, ejercen su fuerza y se crecen ante el miedo, apocamiento y la debilidad de la mayoría acomodada. No podemos seguir mostrándoles nuestros miedos de esa forma: un golpe en una puerta, un volador, un globo que explota es suficiente para una estampida de masas. La sicosis es tal, que ya no es miedo lo que mostramos, es cobardía.
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