Gracias por querer tanto a mi esposa
El día 6 de octubre a las seis y diez de la mañana, dejaba de existir mi muy querida esposa Ana María del Pilar Gimeno Alonso, en la Planta 7ª del Edificio A del HUCA de Oviedo, después de larga y penosa enfermedad.
Desde el dolor y el recuerdo, y porque sé que ella lo hubiera hecho así, quiero expresar mi mas profundo agradecimiento a todos los que la cuidaron durante los ocho meses que transcurrieron desde el descubrimiento del cáncer hasta el fatal desenlace.
Gracias al Doctor D. Antonio Catoya Rodríguez, del Centro de Salud del Naranco, verdadero ejemplo de profesionalidad y humanidad. Gracias al Doctor Molinos, de Silicosis, por sus denodados esfuerzos diagnósticos y su humanidad. Gracias al Doctor Fra, de Oncología, por el esfuerzo y dedicación efectuados durante el duro tratamiento por él instaurado, así como por el cariño con el que la trató. Gracias al Doctor Roig, de Cirugía Torácica, por su profesionalidad y generosidad. Gracias a la Doctora Dª Isabel Muñiz, verdadera profesional al pié del cañón, en una planta hospitalaria en donde la tragedia se vive a diario. Gracias a los demás doctores que circunstancialmente atendieron a mi esposa.
Muchísimas gracias a todo el personal sanitario, por su duro trabajo y por su amabilidad, incluso en los momentos adversos. En la Planta 1ª del Edificio A, en la Planta 7ª del mismo edificio, en donde pasó la mayor parte del tratamiento, así como el último mes de vida. Por citar nombres, ATS Cano, Paz. Andrés Morán, y la gran persona de Auxiliar que estaba de guardia en compañía de éste último cuando murió mi mujer.
Gracias a las limpiadoras por su respeto y por sus palabras de ánimo.
Gracias a los celadores que la trasladaron para hacer las pruebas de scanner, radiología, ecografía
Gracias a todo el personal del Hospital de Día por el cariño y dedicación mostrada cuando le hacían las trasfusiones.
Gracias al equipo psicológico del Hospital, por su buen trabajo y corazón.
La sanidad pública, en la cual, desgraciadamente no pudo trabajar mi esposa por motivos de saturación en el momento de terminar sus estudios de Medicina, es una de las parcelas que mejor funcionan en esta sociedad. No es hora de discutir costes de gestión y demás problemas que la acucian. Lo que sin duda es fundamental dentro del sistema es todo su personal, desde el Médico Jefe de Servicio, hasta el último celador, verdaderos artífices de su buen funcionamiento.
Por último, gracias a todos los familiares, amigos y compañeros que nos animaron siempre tanto a mi esposa como a mí, para que no decayéramos. Gracias a todos los amigos de mi hijo y a sus padres, así como a los profesores del colegio. Gracias a sus compañeras de trabajo Pili y Marisol. Gracias a Gregorio, mi paño de lágrimas. Gracias a Inés por cuidar de mi hijo. Gracias a Mar, Jote, y amigos de la peña y oviedistas.
Gracias a Susana, Nieves, Paco, Merce, Belén, Chus, Azucena, y a tantos otros.
Gracias por querer tanto a mi amada esposa. Gracias en nombre de ella.
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