Cabo Busto, apariencias.
Las semejanzas pueden ser odiosas, aunque muchas veces, los rasgos y las similitudes, son increíbles. Eso fue lo que me sucedió a mí al encontrarme , cerca de Luarca, paseando, sin rumbo fijo me encontré delante de la fachada de una preciosa casa, con el tejado de pizarra y las fachadas blancas con bordes rojos y bonitas rayas azules, delante un pequeño jardín, muy cuidado y una portilla de madera en rojo, mi imaginación se disparo, recordando la casa del cuento de los hermanos Grimm, Hansel y Gretel que todos conocemos como la casita hecha de caramelos y galletas, y era igualita a la que tenia frente a mis ojos, al sur de Cabo Busto.
Al acercarme al muro que la rodeaba, el cielo se empieza a oscurecer, agrupándose, y un frio invernal se apodera de mi, de pronto veo salir una chica de una puerta, con una bandeja en las manos en dirección hacia otra puerta, y en mi interior me surge el nombre de Gretel, me abrocho el chubasquero y sigo observando, por la misma puerta sale ahora un chico, y yo pensé, Hansel, también con otra bandeja, pero esta vez al girarse pude comprobar que lo que llevaban ambos eras deliciosos pasteles, ¿coincidencia? , no lo sé, lo que si se fue el salto que pegue hacia atrás, cuando veo la espalda de una persona aparecer, muy delgada y toda vestida de negro, me pregunte, si sería la bruja del cuento, pero no, era un chico de barba, ¿sería un brujo?, ni idea, pero las semejanzas, de la casa, la chica, el chico, y la persona de negro, consiguieron ponerme los pelos de punta. Armado de valor empujo la pequeña verja roja y empiezo a andar por el jardín, directo hacia la puerta por la que han entrado todos, tras abrir la puerta me encuentro con los tres personajes que había visto, y cuál es mi sorpresa cuando veo que el de negro era el jefe pero son los tres muy jóvenes y pasteleros, que madrugando un día, si, y otro también, trabajan afanosamente, todos los días, para que podamos comernos sus deliciosos pasteles y podamos disfrutar, con sus nuevos sabores. Que hacen las delicias de quienes los prueban. No nos fiemos nunca de las apariencias, pues fijo llevaremos una sorpresa y la vida no son cuentos. Cabo Busto.
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