De Pontes y Xiringüelos en Pravia

Hace unos días la Corporación municipal praviana, en manos del PSOE, acordó aprobar la petición que desde la Asociacion de Vecinos "Valle de Arango" había presentado para que la feria de La Ponte fuese declarada de interés turístico regional; en la misma sesión plenaria se rechazó una moción del PP, que solicitaba idéntica distinción para la famosa folixia del Xiringüelu.

Sin pretender entrar en polémica sobre este asunto, sí me gustaría expresar mi opinión sobre la cuestión, ya que ambas celebraciones, tanto La Ponte, en Puentevega, donde he nacido, como el Xiringüelu, el cual me ha tocado seguir su evolución desde su nacimiento en Cañedo hasta nuestros días, son festividades que los pravianos tenemos muy presentes de nuestros años mozos.

Vayamos por partes, empecemos por la Feria de La Ponte, que se celebra cada 10 de septiembre en Puentevega. Al escribir sobre dicha festividad me vienen a la mente cientos de recuerdos de mi niñez, cuando viviendo en Ribeiro, desde bien temprano, nos dedicábamos a contemplar el paso de los rebaños de ganado que de la mano de sus dueños bajaban de las aldeas de Inclán, Selgas y Villavaler; todos llevaban la ilusión de poder tomar la robla celebrando así las ventas de sus reses. Esto que les relato sucedía allá por la decada de los años sesenta, ¡ya llovió! Ni qué decir tiene que esta feria, como los cientos de ellas que han logrado sobrevivir, ya no tiene nada

que ver con las de la Asturias de los años sesenta. El campo asturiano ha experimentado en esta última mitad de siglo el más brutal despoblamiento; el cierre de explotaciones ha sido algo inevitable, en nuestra opinión, al no haberse conseguido mantener el relevo generacional en las mismas, ya que los jóvenes, atraídos por unas condiciones de vida más cómodas y mejor remuneradas, optaron por marcharse hacia las ciudades. Por lo tanto, hoy la Feria de La Ponte ha quedado relegada a algo testimonial, algo que los mayores recuerdan con nostalgia y que los jóvenes ven con absoluta indiferencia. Con este panorama, ¿es acertado reclamar la declaración del evento como de interés turístico regional? En nuestra opinión, no. Creemos que es muy loable que los organizadores de La Ponte quieran a toda costa revitalizar y mejorar su feria y sus fiestas; recordemos que ya el año pasado, con el mismo objetivo de atraer público, habían cursado una invitación a los Reyes de España para que acudieran. Sinceramente, opino que La Ponte, en lo que se refiere al apartado de su feria, no tiene, al menos por el momento, ningún mérito para otorgarle dicha distinción. Otra cosa bien distinta, y creo que aquí sí hay méritos para premiar el buen hacer de sus vecinos, son las verbenas, consideradas como unas de las mejores de toda la comarca por las espectaculares orquestas que cada año actúan en el prao de la romería, atrayendo a miles de personas.

Vamos ahora con el popular Xiringüelu, otra festividad para la cual el grupo del PP había pedido también que fuese declarada fiesta de interés turístico regional. Aquí el PSOE rechazó la petición de los populares alegando querer primero conocer la opinión de la Cofradía Xiringüelera.

Si los vecinos de Puentevega lo que pretenden con su petición es atraer más público a sus ferias y fiestas de La Ponte, a los organizadores del Xiringüelu eso no les preocupa. Higinio Iglesias, miembro de la cofradía, asegura que "el Xiringüelu ya tiene una proyección local, regional y nacional"; por lo tanto, no sabemos qué más podría aportar a la fiesta esa distinción. Iglesias afirma que estan "dispuestos a sentarnos para debatir los pros y los contras de esa declaración".

En definitiva, dos eventos festivos del concejo praviano que con el paso de los años han evolucionado de tal forma que ninguno de los dos se parece en nada a los de sus inicios; dos festividades, dos folixas que han sabido adaptarse a los nuevos tiempos, aunque muchos, pese al paso de los años, sigamos añorando aquella Ponte de antaño, con las familias reunidas en torno a las meriendas en la pomarada de Lucianín y aquellas verbenas en la pista de Casa Casimiro, con la "Orquesta Walquiria", que duraban como mucho hasta las 2 de la madrugada...

Y qué decir del Xiringüelu de los años sesenta en Cañedo, con todas las familias pravianas degustando aquellos exquisitos manjares que con tanto mimo preparaban las abuelas para el disfrute de todos. ¡Cómo olvidar a la incansable "Orquesta La Estrada"!, aquella que nos hacía bailar incansablemente hasta el anochecer; cómo olvidar los primeros escarceos amorosos de tantas y tantas parejas de jóvenes, que aprovechando la proximidad del bosque y el tramo que les separaba hasta la villa de Pravia daban rienda suelta a sus impulsos amorosos. En fin, cuántos recuerdos, cuántos buenos momentos vividos en estas dos entrañables fiestas pravianas...