Semáforos machistas
El feudo popular de Valencia, impopular por una corrupción generalizada, fue desmantelado en los comicios del 20-D. Hoy, allí gobierna una izquierda muy "izquierdosa" porque son varios los partidos que pactaron el darle puerta al PP. El cambio ha sido notable, y tanto el gobierno de la capital del Turia, como en el Ayuntamiento que deja Rita Barberá (si no está pringada en el "moje", tenía que conocerlo y lo permitió) se están llevando a cabo cambios sorprendentes, algunos costosos y absurdos, ridículos, que critica la ciudadanía valenciana de cualquier ideología. Por ejemplo, el cambio de semáforos, consistente en quitar y suprimir al paisano que daba paso en verde al peatón y poner ahora a una mujer con falda. Al parecer, antes el semáforo era machista y había que quitarle los pantalones.
Pues bien, diremos ahora, pardiez, que el semáforo es feminista e impuesto antidemocráticamente, a dedo, como está siendo norma en determinados y conocidos municipios de evidente sectarismo. Pero lo chusco, lo pintoresco, lo carcajeante es que la mujer, ahora, se ha quitado la falda y lleva unos pantalones, que ha arrebatado al hombre, al infeliz paisano, que terminará, terminaremos, llevando falda y demás indumentaria íntima de ellas. Vamos a estar preciosos, de pasarela. ¡Ay, si levantara la cabeza mi abuela! Si la mujer y el hombre, ellas y nosotros, llevamos pantalones, ¿qué pinta ese cambio en los semáforos de una gachí con falda? De coña, vamos. Tenemos políticos hoy tan inteligentes e innovadores que sólo les falta ya asar la manteca o inventar la pólvora.
El horno carpetovetónico no está para bollos de esta naturaleza, como el de los semáforos, amén de otras chorradas y disparates que protagonizan algunos nuevos políticos en comunidades o ayuntamientos. Y todo porque se carece de la formación y conocimientos debidos para hacer política, o bien se va a ella con unos fines ideológicos bastardos y anticonstitucionales.
España, sus comunidades y ayuntamientos necesitan políticos formados, responsables, conocedores del cometido que tienen que desempeñar en sus cargos, a los que se les vota para servir a España y representar al pueblo que los ha elegido. Ésta es la única política que tienen que ejercer, al margen de su ideología, y dejarse de esas chorradas como la de los semáforos, cuando el país necesita de todos, políticos y cuantos les votaron, para sacarle de la caótica situación en que se encuentra. Y de la que todos somos responsables.
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