Predicando en el desierto
En estas pocas líneas le remito, consciente de que no va a remover alguna que otra conciencia entre sus filas, mi gran pesar a todos y cada uno de los componentes de la Corporación municipal, presidida por el excelentísimo señor Wenceslao López. En concreto, a aquellos concejales a los que no considero seguidores de un fanatismo obcecador que obnubila la mente de los que se dejan persuadir por corrientes de pensamiento ya más que desgastadas y obsoletas.
Dicho gobierno municipal parece ser encabezado predominantemente por el hervidero de ideas que es Somos (sucursal de Podemos en nuestra localidad), que cada semana nos sorprende con una brillante idea sobre cómo mejorar la ciudad. Eso sí, siempre desde su punto de vista tan significado ideológicamente y con el fin de que una parte casi inexistente de la población ovetense quede resarcida.
Tenemos el poder político de la capital astur depositado en una hidra con tres cabezas más que visibles. La historia nos puede servir para vaticinar cómo culminará este "desgobierno", con el claro ejemplo de los dos triunviratos que tuvieron lugar en la Roma republicana o, más actual, el contraproducente ejemplo del tripartito catalán. Mal acaba lo que mal empieza. Si no se tiene la capacidad para gobernar, ya no sólo tu ciudad, sino a tus socios de gobierno, apaga y vámonos.
Pocas transformaciones que se puedan tildar de logros para nuestra ciudad han salido de la Casa Consistorial presidida por un cártel reivindicador; sólo se han cometido actos mediáticamente apetitosos y en la mayoría de los casos, fanfarrones.
Pocas, por no decir que ninguna, mejoras reales, palpables se pueden apreciar en todo este tiempo. No me costaría nada reconocer logro alguno si lo hubiera o hubiese, se lo prometo, pero de momento ustedes sólo se preocupan por resolver temas baladíes, de revanchismo histórico ya olvidado. Lo peor de todo es que lo hacen sin conocimiento histórico, como en la villa de Madrid la excelentísima señora Carmena, tienen desmemoria histérica de lo acontecido en la historia, y al quitar, tengan cuidado, ya que puede no tener nada que ver con lo que ustedes creen que es.
Dejen a Oviedo en paz con su pasado, un pasado del cual ha sabido aprender y seguir para delante, y pónganse a trabajar de una vez por todas. Nuestra "Muy noble, muy leal, benemérita, invicta, heroica y buena" ciudad, a la cual hoy quieren despojar caprichosamente de algunos de estos títulos por consideraciones ideológicas, no se merece tener a ciertos políticos de sesgado y muy marcado signo político entre sus gobernantes. Dejen de revisar calles, plazas, monumentos y muchas otras cosas más que no voy a hacer que me vengan a la memoria para poder cumplir con la extensión requerida.
Por favor, sus conciudadanos tan sólo piden sensatez en el ejercicio de su mandato y que se preocupen de lo que verdaderamente les atañe.
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