El día mundial de las luchas campesinas y las soberanías.

Un día internacional recorre el mundo anunciando la buena nueva de la soberanía alimentaria.

La soberanía alimentaria es un concepto y una práctica acuñada por la Vía Campesina Internacional, que ahora ya asumen muchas instituciones.

Se trata del derecho de los pueblos a decidir cómo producir y distribuir sus propios alimentos, garantizando la alimentación de todas las personas. Este derecho se sostiene en el trabajo de los campesinos y campesinas, de las pequeñas y medianas productoras, de las pescadoras, de las pastoras, de las indígenas que son quienes mantienen la producción de alimentos basándose en los conocimientos tradicionales y en la conservación de la biodiversidad.

Casi nada.

La soberanía alimentaria, para muchas organizaciones, no puede darse sin la soberanía nacional, es decir se contrapone al intervencionismo alimentario y comercial de las transnacionales que acaparan la comida, los venenos, las semillas, porque para ellas, para estas Corporaciones, todo va junto: el robo y acaparamiento de tierras, las semillas controladas a poder ser mediante transgénicos, los agrovenenos ligados a esas variedades, y las grandes superficies de venta que se han establecido quebrando al pequeño comercio.

Por ello, ahora que se habla, aunque poco, de nuevos tratados de libre comercio, TTIP, TISA, CETA, lo que llevan implícitas estas constituciones de las corporaciones empresariales son regulaciones más virulentas contra los derechos del campesinado y las consumidoras.

Los Derechos del campesinado, los propios de este sector trascendente que nos alimenta, están en la ONU, pendientes de debate y aprobación, y su propuesta es también un logro de la Vía Campesina Internacional, que se vuelven a demandar el 17 de abril.

El 17 de abril se cumplen 20 años de la masacre de ElDorado dos Carajás, cuando campesinas y campesinos sin tierra, marchando por la carretera, fueron atacados y ejecutados en número de 19 muertos y 46 heridos por la policía militar. Oscar Niemeyer después hizo varias esculturas para recordar esta matanza, y la Vía Campesina tomó la fecha como referencia universal de las demandas de la campesinada.

Este 17 de abril llega precedido por el asesinato de nuevos Sin Tierra esta semana anterior; una acción similar combinada de policía militar y sicarios de una empresa mederera que ocupa ilegalmente tierras de titularidad pública en Paraná.

Y por el asesinato de Berta Cáceres en Honduras hace mes y medio. Berta , lideresa indígena lenca, había recibido el premio Nota Sol a los derechos de los pueblos indígenas, había estado en Asturias, lo mismo que numerosas representantes del MST de Brasil han estado visitando organizaciones e instituciones asturianas en los últimos 20 años, compartiendo sus propuestas de luchas por la democratización de la tierra y contra el latifundio improductivo, de soberanía popular, de desarrollo de la agroecología y de justicia en los campos y ciudades, incluyendo la Justicia Climática, es decir la posibilidad de crear una instancia internacional de justicia que investigue y castigue a los criminales , empresas o gobiernos, del calentamiento global.

En Asturias, algunas de las acciones ya realizadas al calor del día de las luchas campesinas han tratado de denunciar y evidenciar que mientras el campo se queda desierto los alimentos que consumimos se fabrican industrialmente, provocándose el deterioro del medio ambiente y la quiebra de nuestra calidad y seguridad alimentarias . Los incendios de los meses pasados son la punta del iceberg de una realidad, la de nuestro mundo rural, que agoniza frente a un proceso de destrucción al que se ve sometido como consecuencia de unas políticas agrarias dictadas en despachos cerrados a miles de kilómetros.

Frente a eso y ante la falta de medios para desarrollar su trabajo, los bajos precios de los productos agrícolas y la desvalorización de la vida en el campo, la falta de políticas e incentivos que apoyen a la agricultura campesina y la existencia de legislaciones adaptadas a la gran producción que no favorecen la producción local y artesanal de alimentos,

las propuestas siguen siendo las de apoyar y fortalecer a la red de pequeñas productoras, dedicadas a la agricultura y a la ganadería ecológicas, que persisten en mantener unas formas de producción y de vida que les permitan resistir en un medio rural camino de la despoblación.

El fortalecer un mundo rural vivo que nos asegure una relación armoniosa con el medio, contribuya a cuidar los campos y disminuir los incendios, aporte productos sanos a los grupos de consumo en crecimiento, y favorezca el enfriamiento del planeta.