¿Y qué diran los otros...?
Estamos asistiendo a esta representación con la que los políticos de nuestro país han querido sorprendernos desde antes y después de las elecciones del mes de diciembre último y, sinceramente, que lo han conseguido negativamente.Y me explico, nuestro voto, el que cada uno ha decidido otorgar, lo ha sido a la formación que por los motivos que fueren ha hecho suya nuestra voluntad. Pues bien, ahora resulta que los votantes hemos decidido que las componendas que se están llevando a cabo son parte de nuestra decisión y voluntad sin tener en cuenta nuestros escrúpulos; estas componendas no me las puedo imaginar en personas o partidos con un mínimo de responsabilidad hacia las personas que han tenido a bien delegarles un mandato íntimo y sin fisuras.
Por otra parte, los partidos con mayor representación están tratando de poner de acuerdo ideas contradictorias y donde uno dice sí, el otro se niega con rotundidad, con lo cual llegar a un mínimo de consenso es tarea poco menos que imposible. Así las cosas, estaremos abocados a una elección con resultado más que incierto.
Me llaman poderosamente la atención los resultados de las elecciones del mes de diciembre pasado, donde un partido alcanzó un porcentaje de votantes superior al del resto de partidos y, por la circunstancia de si tú no das un paso adelante, yo tampoco lo doy no se llega a compaginar los acuerdos a donde podrían llegar. Ahora bien, si todo ello se circunscribe a los "problemazos" que la mayoría tiene en sus filas, debidos principalmente a la corrupción y a otras malas costumbres y hábitos más que reprobables, no creo que sea óbice para tratar de "sanar" a uno cuando la mayoría estamos infectados. No se puede llegar "limpio" a un partido cuando éste está contagiado y tú lo conoces.
Por último, qué repercusiones habrá si no se tiene en cuenta a los sietes millones largos de votantes del partido más votado. ¿Qué dirán...?
Ricardo Rodríguez Ronderos
Oviedo
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