"Temblores" en subsuelos geo y tecno "tensionados"

El subsuelo próximo o profundo, está permanentemente afectado por tensiones connaturales (tectónicas) o mineras y de minados, de las que derivan “temblores” de diversa magnitud, cualidades y sus correspondientes riesgos. La subsidencia deformadora- tectónica afecta a zonas de la corteza y su globalidad; con tensiones- horizontales (pliegues) y verticales “(fallas”), que promueven riesgos de aparición de temblores severos; conocidos como “terremotos”. Los hundimientos , que se generan en los entornos de ámbitos de extracciones y realizaciones mineras y de minados o excavaciones civiles, pueden derivar en subsidencias menores, con “microsismos” (micro-terremotos) asociados.Temblores sean: vibrantes acompañados de ruidos-chasquidos con subsidencia , derivados de las tensiones naturales de los subsuelos y ; tensiones acomodaticias, nacidas en los entornos de extracción minera y minados civiles devienen valores de riesgo permanente, en cualquier subsuelo. Resulta consecuente, que todas las realizaciones que afecten al suelo- subsuelo deban ser contrastadas, respecto a sus cualidades tensionales, relacionadas con la subsidencia ya natural, tectónica y tecnológica-minera. Para apercibir sobre riesgos de temblores enraizados, de tipología (terremoto-maremoto). La sistemática para la captación de temblores de subsidencia tectónica y su seguimiento está bien precisada teóricamente (fallas y placas tectónicas, volcanismo magmático), pero limitada por lagunas en la captación de su complejidad e inversiones necesarias; para disponer de parámetros relacionados con el inicio e intensidad de los múltiples efectos vibrantes y eventualmente catastrófico-destructivos. La subsidencia minera está desarrollada teórica y prácticamente, mediando la compleja tecnología de extracción minera; esencialmente desarrollada para materiales solidos pétreos y minerales .La incorporación de las extracciones de geo-fluidos minero-minerales (petróleo, gas-esquistos y arenoides), agua, mineral –termal y geotérmica (primaria o residual de explotaciones mineras abandonadas), obligó a conformar la apropiada tecnología; y subsecuente valoración de las formas de subsidencia derivadas, generadoras de temblores o vibraciones. Recientemente se está promoviendo la técnica de inyección-almacenamiento de substancias (geo-fluidos) en el subsuelo y ámbitos propicios o propiciados del mismo. Estas geo-“transfusiones” actúan sobre la “inmunología”- del subsuelo” y crean rechazos; trasmitidos en forma de “neo temblores”. Las actuaciones posibles ante tales realizaciones requieren la aplicación de técnicas ¿“geo-médicas”? .Por una parte ,respetando al máximo las formas de geo-inmunidad desarrolladas en el subsuelo (estructura y dinámica tensional latente); por otra realizando las extracciones, inyecciones y disposición de “tecno-prótesis” para tales fines con mesura, seguida de permanente monitorización de, para el control de temblores y vibraciones de cualquier índole. Ante tan complejo sometimiento a las reglas de la naturaleza local- global suelen surgir dos reacciones. Dejar la naturaleza del subsuelo tal cual está, lo que no evita que, a través de conexiones globales, se puedan trasmitir temblores diversos. La reacción científico- tecnológica opta por tratar de atenuar tensiones naturales y reforzar los puntos débiles o debilitados por la actuaciones ligadas al servicio de la sociedad y su desarrollo.También en esta posibilidad tienen cabida los riesgos concernientes a la seguridad y mantenimiento de tales realizaciones. En el “juego” para evitar “sismo- goles” estamos todos implicados.¿Sabremos responder de forma no aprovechada, por miedo mediatizado o sistémico?. Tal parece ser la gran duda sociológica y necesidad, apremiada por el desarrollo sostenible global y sostenido del bienestar ampliamente personalizado. Los temblores suceso del litoral (Canarias y Mediterráneo), y otros tantos del global subsuelo, (Japón, Ecuador recientemente y en el círculo de fuego del pacifico), también hacen temblar ciertas seguridades y promover miedos coloquiales o mediáticos .Los temblores son una “geo-enfermedad” connatural o manifestación de los estados de tensión del subsuelo, convertido en “corazón dinámico” de ámbitos terrestres .Seria dudoso gestionar los rechazos sociales que puede producir el miedo a la naturaleza y ciertas implicaciones de la misma al servicio del hombre, mas allá de donde se está tratando de dar respuesta a lo que la humanidad del desarrollo solicita. Los” sucesos” son percances muy dolorosos del riesgo, que tiene que afrontar la geodinámica global y minería de cada día, en su servicio a la sociedad. En el momento de realizar la aventura de situar sus “neo-pozos mineros” (plataformas de Extracción-Inyección-Fracturación) en el mar-océano, litoral o continente, solo cabe pensar que se conseguirá; ahuyentando miedos y consolidando técnicas que disminuyan vibraciones y aseguren al máximo todo tipo de temblores terrestres genéricos y” terrestrizados”, por los procesos de las ingenierías civiles y mineras de servicio. Los detalles y datos de casos particulares pertenecen a los proyectistas, y en ellos debemos depositar confianza de gestión para llevarlos adelante; con las seguridades del caso, cual otra de las tantas batallas de la tecnología de minados y minera. Lo que antecede trata de ser pedagogía del medio de temblores en que nos movemos, en el amplio y diversificado subsuelo terrestre; dejando aparte la actuación, si la hubiera, de promotores de “temblores sociales” y miedos lógicos pero excedidos. Nuestro ex-universitario de Oviedo Fray Ceferino González -primer geo-estudioso de Filipinas- llamó “temblores” a las tensiones trascendidas del subsuelo al suelo y describió, desde Manila y su Universidad, estas sacudidas, que destruían la labor de gestión del desarrollo cultural de aquel momento. Hoy tales temblores lo son respecto a la promoción de bienestar, sobredimensionado por desarrollo tecnológico alcanzado en el aprovechamiento de cualquier subsuelo (sin el debido desarrollo de la construcción antisísmica). Los ciclos continúan y los miedos mediatizados se siguen utilizando en el entorno de estas vibraciones- temblores de la corteza terrestre y sus subsuelos; percibidos ya como” terremotizados” o “fracturados” (fracking minero) (desconstructurados), con efectos catastróficos desestabilizadores de geo-ambientes del subsuelo natural o de desarrollo; presto o preparado para reciclarse al servicio de la humanidad. Pero….., sin riesgos. Cero. Aunque si con responsabilidades tecnológicas máximas; fuera de las sobre intervenciones económicas o desviación de deberes de todos los que se desarrollan sobre el interior e interioridades de subsuelos así como en zonas con abandonos de tales subsuelos.También cuentan las zonas litorales y bajo atmosféricas, ampliamente tormentosas, ciclónicas y propiciadoras de maremotos.” “galernas” etc . Laudato si…”…. Creativo y recreativo científico-técnico, en el entorno del subsuelo global de “temblores” .Asturias tiene amplios espacios afectados de abandono minero; también por el desarrollo de túneles civiles y modificación de escombreras ,taludes y laderas. A los sismos naturales extensos…., debemos añadir los microsismos de subsidencias, deslizamientos y derivados extracciones de fluidos acuosos subterráneos para aplicaciones geotérmicas ciertamente limitadas y locales. Alabemos el esfuerzo una vez más de procurar servicios desde tales complejos ámbitos de los subsuelos desestabilizados, por y para obtener recursos naturales.