Cariño y complicidad
Recordatorio de recordatorios: Vivamos con los sentimientos capaces de hacernos felices.
Ya veis, nuevamente estamos aquí hasta que nuestros jefes nos pongan de patitas en medio de la calle. ¿Sabéis? Esta primavera que vendrá como si fuera pleno verano nos iremos un par de fechas como antaño, allá a las Rías Bajas a navegar abrazados a “Quéreme algo” (¡ay, “Quéreme algo”!), nombre precioso y zalamero, zalamero, zalamero a más no poder...
Antetítulo: Primer café
Bien. Dado que la vida tiene tramos de toda índole, deciros una vez más, reiteraros nuevamente, pelmas que somos, que nos apeteció pasear un ratito por un parque que tenemos casi casi pegado a casa. Una pareja (adolescente ella, adolescente él) se arrullaban, decorosamente sentados en uno de los bancos del parque. Les miramos discretamente, con cariño y complicidad. La pareja nos correspondió con una sonrisa abierta, encantadora. De buena gana les hubiésemos abrazado. Ya nos pesa no haberlo hecho. Qué bobos fuimos, somos. A los tres nos hubiese prestado mucho, cree el arriba firmante. Desde aquí, joven pareja, os enviamos ese abrazo que por timidez no nos dimos. No es la primera vez que nos pasaba con otras parejas de adolescentes..., no perder nunca el frescor de vuestro amor naciente e ilusionado que con sólo mimarlo un poco puede ser (será) para toda la vida...
Amables lectores, tanto hoy como siempre, tened un buen día.
Punto final. Despedida y cierre. Érase una vez.
¡Venga, felicidades...!
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