La Factoría Cultural, la peor gestión burrocrática que haya visto
Sorprendida e indignada me hallo con la Factoría Cultural de Avilés.
Llevo unos meses viviendo en esta maravillosa ciudad y decidí apuntarme a uno de los cursos que ofrecían tras ver en el periódico que en esta XXX edición salían cursos nuevos.
Tras leerme bien los plazos de matrícula y realizar el pago de mi curso a través de internet el dia 16 de marzo, me llaman por teléfono el día 30 de marzo para decirme que el curso no se va a realizar por falta de aforo y que me matricule en otro o bien me devuelven el dinero.
Pues bien, me pongo en contacto con el Ayuntamiento (viendo que pasaban los días y que no me devolvían el dinero), y tras varios emails me dicen que tengo que solicitar un formulario de acreedores en el SAC, ir a que me lo selle mi banco y entregarlo en la Factoría Cultural junto con una fotocopia de mi DNI.
Sinceramente, tal y como ellos lo tienen planteado en su web no es como me han dicho que lo haga, ya que yo no he anulado mi matrícula. Cito textualmente:
Devolución de matrículas
Se procederá a la devolución del importe de matrícula en los siguientes casos:
Por anulación del taller ó seminario ó causa imputable a la Fundación Municipal de Cultura.
Cuando la persona matriculada solicite por escrito la anulación de su matrícula antes del 4 de abril de 2016 en el Servicio de Atención Ciudadana (S.A.C.).
http://avilescultura.com/es/Factoria-Cultural/643-Factoria-Cultural-XXX-edicion-de-AUPA
Nótese que no dicen ni cómo proceder en caso de que se anule el curso y tampoco el plazo en que ellos efectuarán la devolución de la matrícula (¿por qué?).
Voy al SAC y me dan el formulario de acreedor donde tengo que poner mis datos bancarios y entregarlo sellado por mi banco. Eso me plantea un problema añadido: Yo uso banca online y no tengo oficina física en Avilés. Para que me sellen ese papel, tendría que ir a Oviedo o Gijón. El Ayuntamiento de Avilés, a fecha de hoy y ajeno a la realidad y las nuevas tecnologías no tiene previsto (o no lo recoge a modo informativo) que se pueda presentar un certificado de titularidad (descargable desde tu banco online y sellado por éste) en lugar del formulario de acreedor de marras (que contiene la misma información).
Después voy a la Factoría Cultural a entregar la fotocopia del DNI y el certificado de titularidad de mi banco. Les explico por qué entrego ese certificado y me miran con cara de póker y diciendo que no saben si me aceptarán ese papel porque no es el formulario de acreedor.
En posteriores semanas he vuelto a la Factoría Cultural como tres o cuatro veces para saber qué pasa con mi dinero. Al llegar hay una mujer que siempre me saluda agradablemente y me dice: tú eres la chica del curso tal, ¿no? ahora precisamente estábamos hablando de eso. Siempre que me saluda me dice lo mismo. (O me toma el pelo o debo ser una celebridad en el mundo de los cursillos de la Factoría Cultural.)
No sólo no me deja hablar con el tesorero cuando se lo solicito sino que me explica que están cuadrando cuentas porque tienen nuevos plazos para nuevas matrículas y ahora también es cierre de trimestre No sabe decirme una fecha exacta porque me mentiría pero ya me lo devolverán (excepto que tengan problemas con los papeles que entregué y en ese caso me llamará).
A ver señorita: imagine que yo debo dinero, otra persona me pide que le pague la deuda y yo le digo lo siento, acabo de recibir una herencia porque se ha muerto mi abuela y tengo que saber el estado de mis cuentas.
Conclusión: La Factoría Cultural me carga a mí el peso de los problemas contables de tesorería para intentar justificar su impago y su ineficiencia.
De saber que iba a tener que empezar una batalla burrocrática, desplazarme tantas veces a por papeles, preguntar tantas veces el estado de la devolución no me habría apuntado ni soñándolo.
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