Pequeñas observaciones de medicina natural y diabetes
Algunos fanáticos dicen que en la tierra existen todos los poderes para curar todas las enfermedades, empezando por las plantas, el problema está en que las plantas no hablan. Los chinos usan más de mil plantas para curarse; en países tercermundistas quisieron integrar la tecnología en general y se quedaron con aquello de "vale más lo malo conocido que lo bueno por conocer", también "la ignorancia es madre de todos los males", así dijo el sabio, que cuanto más sabía, más sabía que no sabía.
Así cuenta el "Dioscórides" entre mil plantas. Un detalle sobre la borraja, planta comestible y medicinal, hace muchos años le quitaron la honra como medicinal y después de años volvieron a darle la honra. Coge buena fama y... de allí nació aquello de agua de borrajas.
Esta medicina no está medida como la convencional, aquella que más se usa y se controla, claro. He aquí un detalle muy curioso. En Ables, Llanera, un amigo tiene una finca, en la finca tiene árboles, entre ellos dos abedules y también tiene cabras, pues las cabras comieron la corteza a los abedules por abajo, no comieron las hojas porque no pudieron subir al árbol, claro, claro. Si la cabra suelta tira al monte, ni estaba suelta ni tenían monte para buscar lo que necesitaban. Dicho muy común, "esi ta como una cabra".
Siguiendo con el abedul, este árbol tiene grandes propiedades para la salud, la cabra lo dijo, importante para la enfermedad cardio-renal, depurativo y más y más. Así detalla el "Dioscórides".
Sobre la diabetes, poco más puedo decir que el nombre, que está aumentando, como todas las enfermedades, la causa está en el páncreas, que no fabrica insulina. De corto tiempo acá surgen opiniones de que no sólo es culpable el páncreas de la diabetes. Hace muchos años que se intentó la insulina artificial, fue un gran invento y sigue siendo respetado en la diabetes. El famoso doctor Adrián Vander, en medicina natural, dejó escrito hace cincuenta años ciertos orígenes de la diabetes: diabetes por mala alimentación, diabetes por enfermedad, diabetes por vida sedentaria, diabetes por intoxicación, diabetes por trastornos del hígado, diabetes por alteración del páncreas, diabetes por tensión nerviosa. Quizá se olvidara de la genética, claro. También dejó escrito un libro de cada órgano del cuerpo y de cada enfermedad y la forma de tratarlas, pero, en general, empezando por caminar dos horas diarias, pero sin prisa.
Todos estos consejos que dejó escritos de cómo debes moverte, comer y beber, respetando las leyes naturales, favorecen la salud en general, pero no está claro si alguien lo llevó a la práctica, pues nada se sabe.
En plantas destacaron entre tantas miles la salvia y el lampazo, sin entrar en propiedades y más. Así dijo el sabio: ¿cómo se mueren en su casa habiendo salvia en el huerto? Estas dos plantas, también para la diabetes, a título de receta. Sin olvidar la ortiga como reina de las plantas, comestible y medicinal; entre tanto y tanto, muy respetados el rábano y la alcachofa. Para bajar el nivel de azúcar existen ciertas plantas, pero no es igual que bajar el agua a un radiador, claro.
La medicina natural e infinita no aconseja tomarla con la química, pues dentro del cuerpo sucede como con dos políticos cuando se juntan... los que escriben sobre la natural, aconsejan las dos, tres tomas diarias en infusión, según plantas y problemas en ciertas etapas, no sobrando la orientación del titular de la medicina, aparte de lo escrito y el control. También figura escrito: "Salud eterna, ajo, cebolla y limón". Los egipcios tallaban en las tumbas la cebolla como planta sagrada y daban a los esclavos tres bulbos de ajo, rey de los vegetales, pero el ajo crudo no se puede comer con las dos medicinas, es para fluir la sangre; son dos componentes para adelgazar la sangre, pudiendo producir hemorragias graves.
Alguien dijo: "No concibo que se pueda vivir sin comer ajo, quien coma ajo jamás será diabético". Se conoce quien comió ajo toda su vida en cantidad y es diabético. La genética es la que manda. El porqué de las cosas no sólo resulta difícil, sino imposible.
En pequeñas observaciones, poco se puede decir en una ciencia infinita, como es la natural y desconocida hasta cierto punto.
Fernando González Alonso
Oviedo
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