3 de mayo: libertad de prensa

Disentir de las políticas oficiales o exigir justicia, a través de los medios de comunicación tradicionales o en el ámbito digital, sigue siendo motivo de encarcelamiento o amenazas por parte del gobierno en numerosos países. Periodistas profesionales y otras personas que expresan sus ideas a través de los medios tradicionales o digitales sufren persecución, prisión, tortura y hasta pierden la vida por el mero hecho de disentir. Estos son sólo algunos ejemplos:

Egipto

El periodismo es una de las profesiones más peligrosas en Egipto. Las personas que lo ejercen y difunden información contraria al gobierno se enfrentan a la suspensión de sus programas de televisión o sus columnas de prensa, a la prohibición de abandonar el país, a registros domiciliarios intimidatorios, detenciones e interrogatorios abusivos, y a penas de cárcel que van de dos años a cadena perpetua. Se las acusa invariablemente de difundir informaciones falsas, incitar a la violencia y militar en organizaciones prohibidas.

China

La censura sobre la prensa escrita, la existencia del "Gran cortafuegos chino" (en internet) y el acoso a los escritores en general, no ha sido suficiente para detener el flujo de información que expresa el malestar político y social en el país y que el gobierno considera "información sensible" o "rumores". Se han cerrado numerosos sitios web por proporcionar información "sensible". Periodistas y cibernautas en general, personas que se hacen eco de protestas, de violaciones de derechos humanos o que expresan tesis contrarias al gobierno sufren con frecuencia detención y penas de cárcel bajo vagas acusaciones como subvertir la seguridad del Estado o filtrar secretos de Estado al exterior. Son frecuentes los bloqueos del sitio web de Amnistía Internacional, entre otros.

Zimbabue

En Zimbabue se restringe el derecho a la libertad de expresión del colectivo de periodistas y de quienes defienden los derechos humanos mediante la detención, la reclusión y el enjuiciamiento arbitrarios por ejercer pacíficamente sus derechos. Durante 2015, al menos diez periodistas, tanto de medios de comunicación controlados por el estado como privados, fueron detenidos por escribir artículos en los que criticaban a autoridades gubernamentales, y acusados de cargos como la publicación de falsedades.

México

Periodistas, defensores y defensoras de los derechos humanos continúan siendo víctimas de amenazas, hostigamiento, agresiones y asesinatos. Han sido asesinados periodistas que trabajaban en temas relacionados con el estado de Veracruz. En junio de 2015, el periodista maya Pedro Canche fue puesto en libertad tras pasar nueve meses detenido en espera de juicio por cargos infundados de sabotaje, presentados contra él como represalia por ejercer pacíficamente su derecho a la libertad de expresión. En julio de 2015, el reportero gráfico Rubén Espinosa Becerril, la activista Nadia Dominique Vera Pérez y tres mujeres más aparecieron sin vida en un apartamento de Ciudad de México. Tanto Rubén Espinosa como Nadia Vera habían abandonado el estado de Veracruz meses antes a causa de las amenazas.

Irán

En Irán las autoridades continúan restringiendo severamente la libertad de expresión y los derechos de asociación y reunión. Se han bloqueado Facebook, Twitter y otros sitios web de redes sociales; se han cerrado o suspendido medios informativos, entre ellos la revista mensual femenina Zanan; y se ha interferido en las emisiones de canales de televisión por satélite extranjeros. Periodistas y blogueros son detenidos y encarcelados.

Turquía

En Turquía se han abierto innumerables causas penales injustas en virtud de las leyes antiterroristas y sobre difamación criminal contra activistas políticos, periodistas y otras personas que critican a las autoridades o la política del gobierno. Ciudadanos y ciudadanas corrientes comparecen a menudo ante los tribunales por publicaciones en redes sociales. El gobierno ejerce una enorme presión sobre los medios de comunicación, actuando contra empresas de medios y redes de distribución digital, y señalando a periodistas críticos que después son amenazados, agredidos, e incluso despedidos por criticar al gobierno. La toma del periódico Zaman por el gobierno es el último y sumamente preocupante episodio del constante asalto de las autoridades turcas a los medios de comunicación disidentes.

Rusia

Desde la llegada a la presidencia de Vladimir Putin en mayo de 2012, la situación de los derechos humanos en la Federación Rusa, ya delicada en ese momento, ha sufrido un claro deterioro. Un alud de nuevas leyes y modificaciones de leyes existentes dificultan y convierten en peligroso disentir. Manifestarse en la calle, expresarse en los medios de comunicación o en las redes sociales, asociarse para trabajar por el medio ambiente o por los derechos humanos puede significar terminar multado, perder el puesto de trabajo, ser amenazado, ser agredido, terminar en la cárcel o incluso ser torturado y asesinado. Al asesinato de Anna Politkóvskaya, en 2006 o el de Natalia Estemírova en el 2009 se suman otros nombres menos conocidos de periodistas asesinados o amenazados.