Por favor, no sean tan buenos
Les babayaes de Hacienda nun se pueden perdonar, en cuento empieza la renta ya tan col mismu cantar; cada dos días pregonen lo buenos que son pal pueblu, devolviéndonos millones, como saliendo del cuerno; el cuerno, ya me entienden, ye el de la abundancia.
Dicho lo anterior poco en serio y muy en broma, voy a intentar explicar qué es lo que me motivó a salir con cachondeo tocando el tema de Hacienda cuando usa nuestro dinero. Nunca llegaré a entender por qué retorcida razón estos señores de Hacienda no encuentran la solución para que de una vez por todas no nos retengan cada mes y todo el año más de lo que tiene que ser, para luego salir fardando de lo buenos y considerados que son con los contribuyentes, que en cuanto empieza la campaña de renta, semana sí, semana también, pregonan en todos los medios lo que ya se devolvió.
¡A ver! Bromas aparte, pregunto yo: ¿tan difícil es ajustar las retenciones mensuales a la cuota resultante de nuestra declaración? A la mayoría de pensionistas y asalariados, ya saben en Hacienda desde primeros de año qué ingresos vamos a tener. Por tanto, la retención debería ajustarse a la cuota resultante final que ellos ya saben con antelación nos va a corresponder tributar. De la forma que lo hacen, resulta que están haciendo uso de parte de nuestro dinero durante todo el año y hasta que lo devuelven, sin pagarnos un solo céntimo de intereses; cuando si es al revés y tienes con ellos algo pendiente, te cobran intereses, sanción y recargo. En mi opinión, ésta es la ley del embudo, pero a nosotros siempre nos toca lo estrecho.
Lo llamativo es que muchos contribuyentes se quedan tan panchos y contentos sabiendo que les devuelven, aunque sean cuatro euros, sin pararse a mirar lo mucho que les retuvieron durante todo el año y que al final se queda en las arcas del Estado; qué bueno sería si viéramos que luego nuestro dinero no es despilfarrado, como por desgracia parece ser que ocurre en ciertos casos, a juzgar por tantas noticias sobre corruptelas y mala gestión como se destapan casi a diario. Por favor, no sean tan buenos, sean sólo justos; con eso, algunos ya nos conformamos.
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