Sporting: encefalograma plano
Siete de la tarde del domingo 8 de mayo y aquí está uno ante el ordenador con la impotencia de siempre después de uno de tantos fines de semana aciagos que te provoca el equipo de tu vida, que más vale no lo fuera.
El ser del Sporting es un sentimiento y ser hincha de este equipo es un dolor continuo y más si tienes dos dedos de frente y ves la cantidad de cosas que se hacen mal temporada tras temporada y a las que no se pone remedio.
Yo sé, más o menos, casi todos los domingos, lo que va a pasar en los partidos y no es que tenga dotes de adivino sino que son muchos años viendo el equipo cómo juega y si eres mínimamente objetivo ves que es la misma película con final triste y a la que pondrán paños calientes las personas que dirigen y juegan en y con el Sporting. Sin embargo, toda esta gente tienen suerte porque la afición no es crítica y pueden hacer los que les viene en gana, ya sea porque el aficionado que lleva muchos años se hastía y pasa, aunque vea los despropósitos que hacen; ya porque el aficionado joven va a divertirse y, por lo que se ve, perdona todo.
No podemos estar siempre con la cantinela de que somos una gran afición, que lo somos, y no exigir en la misma medida que lo sean toda esta gente que mal gobierna el club y a los que ganan su buena soldada en el campo, que solo son profesionales para cobrar; porque luego ves como actúan en los despachos y en el terreno de juego y no dan la talla. Por tanto, hay que dejarse de tantos parabienes y agasajos con ellos, ya que nunca responden de la misma manera y solo dan sinsabores por su poca sapiencia, su falta de compromiso y , si me apuras, de compañerismo en el campo de alguno. Ya sé que los hay que no saben más, pues nada, entonces, que se busquen la vida en otro sitio. El club siempre ha de ser más importante que la gente que por él pasa, con lo cual, el que no espabile que arree.
Por la televisión daba pena ver a aquellos dos incompetentes en el palco del Coliseum Alfonso Pérez, con aquellas caras mustias, viendo a ver si los que estaban abajo les sacaban las castañas del fuego en el que están metidos y a los que están abajo, con el entrenador incluido, enemistados con el balón, como si no hubieran jugado nunca al fútbol, procurando dar cuatro pases seguidos. Así llevan toda la temporada, solo que en vez de enmendarse y tratar de hacerlo mejor están con demagogias varias de que si son el primer año que juegan (y quizás el último) , que si son jóvenes, etc; parece mentira que lo diga el entrenador que jugó su primer partido en primera y ya no le sacó de ahí nadie. Tenía que saberlo por experiencia y dejarse de milongas. El que no vale no vale.
Ahora empezará una nueva semana y volverán los voceros de siempre a comernos el coco con que hay que llenar el campo para el próximo partido, que todavía puede obrar el milagro, que si la mala suerte etc.; dejarnos en paz, ir vosotros al campo que también cobráis y tampoco dais la talla. Aquí los únicos que no cobran y, al contrario, pagan religiosamente son los aficionados y servidor, que es uno de ellos, está hasta el gorro de todos vosotros.
Yo creo que si no bajáramos este año lo haríamos el siguiente porque tengo tan poca fe en todos vosotros que aun teniendo todo el dinero del mundo no sabríais que hacer con él, porque no veis más allá de vuestras narices, sois unos aldeanos y estáis convirtiendo a este gran club en el hazmerreír de todos los campos por donde va en donde en vez de ser temidos somos merecedores de elogios, pero por lo bien que nos portamos, ya que siempre estamos a la puerta del triunfo, pero siempre la acabamos pifiando y dejando los puntos en el casillero de los demás. Y, por lo que se ve, os conformáis con eso.
Qué lástima y en qué manos estamos.
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