La Nueva España » Cartas de los lectores » Chapas, matrículas, IBI...

Chapas, matrículas, IBI...

9 de Mayo del 2016 - Antonio Valle Suárez (Castropol)

La máxima capacidad y flexibilidad para adaptarse a las circunstancias externas y extremas que puedan llegar están en la mente del ser humano. Ya lo decía la abuela Conchía da Mingueira, aquella señora que recorría diariamente las caleyas de la aldea de arriba abajo: "¡Ay Virgen, no nos dé Dios lo que podamos aguantar; tengo que pagar otra vez la chapa del carro!". (Que sepan los menos mayores que la chapa o matrícula era una tablilla metálica con un alambre o unos agujeros para sujetarla al cuadro de la bicicleta o a la caja del carro de las vacas o del jumento, para justificar el pago anual del correspondiente impuesto que gravaba el Ayuntamiento por tener y disfrutar de tales vehículos). Lo digo porque durante la felicidad creciente que medraba de la mano de la también ascendente economía, allá por los años sesenta del pasado siglo, los consistorios comenzaban a demostrar cierto manejo económico, principalmente, motivado por las ayudas recibidas del Gobierno central a través de sus diputaciones y otros entes y, también, de lo ingresado por propia recaudación, obtenida de los pequeños impuestos instaurados entonces: placa del carro, de la bicicleta... En fin, incipientes miserias de aquella época que, la verdad, no daban para mucho. Recuerdo, también, con sensibilidad y comprensión, oír a aquellos paisanos decir, cogidos de la rienda de su caballería, camino del molín: "Voy de paso al Ayuntamiento a pagar la chapa del carro y de la bicicleta, ¿quieres que te recoja la tuya?". "No, no, ya pasaré yo, no vayan a mandarme de paso otras cosas". Entonces ya existía el justificado temor hacia aquellas gabelas.

Con aquella escasa tesorería, los consistorios procuraban hacer inversiones de provecho, como proveer a las aldeas de materiales para reparar deterioradas caleyas; eso sí, a cambio de que el ciudadano aportase, gratis, la mano de obra. Por ese motivo, muchas veces, las casas recibían la visita del alguacil, que saluda en mano entregaba la misiva al representante de la casa, instándole a que preparase la pala, el picachón o el porrillo para tan nobles tareas, que comenzarían en fecha próxima, marcada en el papel. El que no podía acudir, por estar dedicado a trabajos que se lo impedían, debía mandar en su sustitución a un familiar o amigo. Claro que también valía pagar por su cuenta a un obrero que lo sustituyese.

Ahora, en medio de esta felicidad decreciente que nos toca vivir, veo en el diario LA NUEVA ESPAÑA que la historia parece repetirse, ya que los bravos vecinos de Demue (Onís) ponen a disposición sus brazos para acondicionar los siete kilómetros de pista que discurren entre La Covariella y el cuetu Jayáu. Como antaño, el Ayuntamiento les facilita gratis los materiales (grijo y madera).

Contrariamente a entonces, los impuestos no se repiten ahora, sino que se multiplican exponencialmente. Sin ir más lejos, hoy, el mismo diario regional informa en uno de sus titulares: no en vano, los consistorios, de los impuestos derivados del catastro aplicado a los sufridos ciudadanos, recaudan más del 45 por ciento del total de sus ingresos. Pónganse las barbas a remojar.

Querido ciudadano: no te lamentes, no te comas la cabeza, no te amargues a ti mismo ni disgustes a tu familia. No protestes como Conchía, que te pueden tachar de contrario al régimen. No será mejor que mañana madrugues y desempolves la vieja pala que tienes arrinconada en el galpón, heredada de tu abuelo, y te pongas firme mientras esperas, en un futuro próximo, la probable visita del municipal portando un bando que te dará instrucciones para la prestación gratis que te puedan requerir.

Cartas

Número de cartas: 45994

Número de cartas en Septiembre: 98

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador