Hípica en Oviedo
No voy a cansarles con una historia de los concursos de hípica celebrados en Oviedo, ¡ya me gustaría, ya! Sólo voy a comentar la mala suerte que ha tenido nuestra ciudad con los ayuntamientos en lo relacionado con el deporte hípico.
Durante muchos, muchos años, los concursos hípicos recorrieron Oviedo y sus alrededores: Corredoria, San Lázaro, El Cristo, Colegios Mayores, etcétera, etcétera. Y, por fin, en el año 1959 se logra tener unas instalaciones muy modestas en San Lázaro, en donde hoy se ubican las piscinas municipales.
Las personas mayores, mayores de 60 años recordarán, sin duda, la enorme afluencia de público, de toda edad y clase social, que llenaba las instalaciones de San Lázaro cada tarde de concurso. Desde las tres y media a nueve de la tarde, un río de mamás con sus cochecitos, parejas, matrimonios, jóvenes y jóvenas lo pasaban en grande, paseando, apostando, tomando algo en el bar y entusiasmándose con las actuaciones de jinetes y caballos.
La pista verde de San Lázaro era, en opinión de jinetes y técnicos, una de las mejores de España por su magnífico drenaje.
No recuerdo exactamente la fecha, pero un día, en uno de los concursos de Las Mestas, don Emilio Rotonde y don Arturo Guillén –dos de los jinetes militares que concurrían tanto a Gijón como a Oviedo– me preguntaron si tendría éxito un canódromo en Oviedo. Y en las instalaciones de San Lázaro hicieron las obras correspondientes y ello mejoró enormemente el escenario de los concursos hípicos.
Siendo presidente de la Sociedad Ovetense de Festejos –SOF– don Pedro Obegero, en reuniones con jinetes, amazonas, mozos, delegados de la Federación y de todo aquel que podía aportar una idea, se planificaron unas instalaciones con presupuesto de la SOF que dejarían en mantillas a las mejores de España.
Los que conocimos el nacimiento de Las Mestas de Gijón, su desarrollo y crecimiento año tras año hasta convertirse en uno de los conjuntos –pistas, cuadras, casetas de apuestas, tribunas, etcétera– mejores no comprendíamos por qué no se había hecho en Oviedo. Una de las mejores y más fieles aficiones al deporte hípico de España. La ciudad en donde, según datos oficiales, más se apostaba de todo el conjunto nacional careció hasta casi los años setenta de unas instalaciones que, sin ser notables, eran, al menos, dignas.
Hubo en Oviedo concursos de saltos de gran categoría. Se celebró el Campeonato de España de salto de altura y el de longitud; el primero ganado por el capitán Guillén Montenegro, montando a "Garant" saltando 2,08 metros, y el segundo por don Jaime Rivera, sobre "Itapuru", saltando 7 metros. Las pruebas se desarrollaron bajo un diluvio; quién sabe qué resultados se habrían dado con la pista seca.
Pues bien, en el año 1984, cuando el Partido Socialista llegó al Ayuntamiento, el señor Alcalde, de acuerdo con el nuevo presidente de la SOF, decidió que los concursos hípicos eran “elitistas” y pusieron unas piscinas, ¿consideramos elitista el fútbol porque algunos jugadores ganan un millón de euros al mes? No.
Por eso digo que el Ayuntamiento, salvo honrosas excepciones, ha tratado muy mal al deporte hípico en Oviedo.
Y ahora El Asturcón. No es que las instalaciones me enamoraran. La pista de saltos era la peor de España, pero tenía arreglo.
Quizás en los archivos de la SOF aún se puedan estudiar los resultados económicos de los Concursos de Saltos celebrados en San Lázaro.
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