Silvia Pérez Cruz
Miguel Poveda me devolvió el placer de disfrutar en un concierto; Silvia Pérez Cruz, la constatación de que cada veinte o treinta años surge siempre algo nuevo, distinto, fresco... sublime.
Había oido hablar de esta maravilla y escuchado alguna pieza suelta, pero todavía no había tenido el placer de escucharla en directo, el pasado día 14 de mayo fue el día, el mismo en el que el Barça (su equipo) se proclamaba campeón de Liga y, en el marco incomparable del Centro Niemeyer de Avilés, la magia de una voz única llenó el auditorio de un público entregado.
Silvia Pérez Cruz no ha tenido necesidad de buscarse ningún nombre rimbombante, ningún nombre "artístico" para triunfar. Canta como lo hacía de niña, de adoloscente, con esa timidez que nunca se pierde cuando se es auténtica. Canta casi pidiendo perdón a los que la escuchan, pero reclamando su complicidad (que es una manera de sentirse segura).
Después de ver desfilar, desde hace ya algún tiempo, tanto "triunfito", "Chenoas", "Bisbales"... y un sinfín de replicantes, creíamos (al menos yo) que "no había más vela que la que arde" en el panorama musical de este sufrido país, pero de pronto surge esta mujer para devolvernos el placer por la buena música.
El pasado sábado ofreció un concierto memorable acompañada por cinco músicos, tres violines, un contrabajo y un violonchelo; no necesita más, ya que cumplen el cometido de acompañarla, de ser cómplices de su aventura cada noche que actúa. Empezó con una delicia de pieza, procedente de Venezuela, "Luna menguante". Personalmente, desconocía esta canción, pero no me cabe la menor duda de que los arreglos y matices introducidos por ella serán del agrado de su autor. Para terminar el concierto, "Gallo rojo, gallo negro", señas de identidad de su inequívoco compromiso social, y en medio, todo un despliegue de brillantes piezas, ya sea en castellano, portugués, catalán, inglés, ya sea recordando a Lorca o comprometiéndose socialmente con los desahuciados, con esa canción que va camino de convertise en la banda sonora de la indignación: "No hay tanto pan...", una bofetada al poder corrompido y al mundo de la banca ("Es indecente / gente sin casa / casas sin gente"). De momento, es la banda sonora de la película dirigida por Eduard Cortés, "Cerca de tu casa", y que ella misma protagoniza.
Hay momentos en que me recuerda a otro monstruo de la canción como fue Mercedes Sosa: si ella levantara la cabeza... volvería a su tumba con una sonrisa de complicidad y agradecida de haberla levantado, aunque sólo sea por un instante, ya que hay momentos que son impagables.
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