Cero polémicas
Quizá debería hacerle caso a mi mujer, que, como casi todas las mujeres, siempre tiene razón, y no contestar a su carta, pero qué le voy hacer... soy un jubilado un poco maño, seguidor de aquel Erre que Erre.
Efectivamente, escribí la carta porque me molestó un artículo aparecido en LA NUEVA ESPAÑA el 10/05/2016, información que usted no desmintió, y en su carta posterior hace hincapié en lo mismo. Lo siento si se ha sentido ofendido, por lo que pido humildemente perdón.
En la columna del lector cita como base la "Memoria sanitaria", de Guisasola, y el arquitecto De la Guardia, en la página 24 habla de 824 obreros, en la página 28 hace hincapié en que Oviedo no es una ciudad típicamente fabril, y en la página 29, que no tienen los obreros barrio especial ni casa construida ad hoc. En 41 páginas de lo que más habla, lógicamente, es de enfermedades y de que el ovetense que trabajaba en la industria era un privilegiado; sí existen censos del Estado de 1900, 1910, etcétera, que creo que son bastante fiables. Sigue con el tema de los desmovilizados de la guerra del 14; señor, España no participó, no puede uno basarse en estudios europeos. Las casas llamadas de San Feliz vuelvo a decirle que se hicieron en terrenos donados por el marqués, fueron realizadas por la Cooperativa de Obreros Ovetenses. Le digo más, ya se habían entregado seis casas en la Tenderina, diez en El Fresno, inauguradas en 1922, y en 1924 estas siete casas, con un crédito de la Caja de Previsión y pagadas mediante renta (dispongo de adjudicatarios, precio, etcétera).
Las casas de la Tenderina, efectivamente, eran terreno industrial, según el "plan Gamazo", pero se modificó, con el fin de dar cobijo a la gente necesitada, que en nada o casi nada tenían que ver con la industria: había comerciantes, gitanos, parados, etcétera, es decir, gente que necesitaba un hogar.
En lo referente a dejar la política aparte, estoy de acuerdo, pero es usted el que cita a presos políticos, a que Franco ayudó a Oviedo por su mujer, etcétera... Le diré más, Franco siempre se sintió rechazado por la sociedad ovetense, lo que sí ayudó fueron las miles de fotos que se enviaron a Madrid para que se apiadase de la ciudad viendo el estado lastimoso en el que quedó después de meses de asedio y bombardeos.
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