Los objetivos del Real Oviedo
Se escuchan continuamente en las tertulias radiofónicas o se leen en la prensa incoherencias y frases hechas que rechinan al sentido común de un aficionado al fútbol. Oigo cosas como "hay que saber de dónde venimos", "somos un recién ascendido", "si me dicen a principios de temporada que íbamos a estar donde estamos...", "no se puede pedir más", "somos nuevos en la categoría". Esto se dice con tanta banalidad como la que tiene mucha gente al ir a votar, que mira el envoltorio y no tiene ni idea de lo que hay dentro del paquete. Sí, es cierto, los seguidores del Real Oviedo somos ambiciosos, pero no tontos. Sin entrar en que estamos hablando de un club histórico, que ha aportado muchos internacionales a distintas selecciones a lo largo de su historia, con jugadores que marcaron una época en el fútbol español, con un gran estadio, con una afición fiel e inigualable, queda claro que este club no es un recién llegado, por eso hay que rebatir los comentarios iniciales. La plantilla no es la de un recién ascendido, está formada por jugadores con dilatada experiencia en Segunda División, con experiencia en fases de ascenso, acostumbrada a luchar por lo máximo en esta categoría, independientemente de que algunos hayan salido ranas, por lo que conformarse con la permanencia es desconocer la realidad, son excusas de mal pagador. La aspiración del club sí que era estar arriba, el Grupo Carso viene para triunfar, no para pasearse, por eso se fichó lo que se fichó, con mayor o menor acierto. El objetivo era claro. Los entrenadores de los equipos rivales coincidían en decir "tienen los tres mejores delanteros y el mejor portero de la categoría". Y por eso estar donde estaba el equipo no era una sorpresa, como pueden pretender algunos, ni algo para conformarse. Esta forma de pensar tan mediocre va en contra de las intenciones y objetivos del Grupo Carso, que no son otros que ir poniendo unas bases sólidas para que el club crezca deportiva y económicamente por sí solo, hasta cotas que casi nadie puede imaginarse. Su experiencia profesional y su ADN ganador son el mejor aval que se puede tener para pensar que, para este equipo, lo mejor está por llegar; a pesar de que parezca difícil que venga algo mejor que la delantera eléctrica o el mítico Herrerita, del que tanto oí hablar a mi padre. Los mismos agoreros que dicen que es suficiente con no bajar, son los que dirán, primero, que Asturias se merece tener dos equipos en Primera División y, luego, dirán cuando los tengamos, ¡no se les olvide!, Asturias no se puede permitir tener dos equipos en Primera División. Sevilla tiene menos de 700.000 habitantes (dos equipos históricos en Primera). La zona central de Asturias tiene 800.000. A mí me enseñaron en el colegio que dos y dos eran cuatro.
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