"Eres joven, cambiarás de opinión"
Es la frase que llevo escuchando desde la eternidad. ¿Que soy joven? Pues teniendo en cuenta que hace poco más de dos décadas que nací, puedo considerarme como tal, pero..., ¿cambiar de opinión?, ¿por qué habría de hacerlo? Me lo dicen hombres, me lo dicen mujeres. No importa la profesión ni tampoco la ocasión, solamente hace falta que le diga a cualquiera que no quiero tener hijos para que me suelten las perlitas: "eso lo dices ahora", "el reloj biológico al final suena" (yo lo tengo sin pilas, y no pienso comprárselas), "ya verás cómo al final te veremos con varios" o la más típica, la ya mencionada "eres joven, ya cambiarás de opinión". Y esto lo dicen como si ser madre fuera una obligación en la vida. Hay quien dice (otra cosa que me saca de mis casillas) que cuando realmente se siente realizada una mujer es cuando tiene hijos. Sin embargo, jamás he escuchado esto mismo sustituyendo la palabra "mujer" por la de "hombre", como si nosotras no pudiéramos sentirnos realizadas con nuestros propios méritos, por lo que somos y lo que conseguimos, y no por sacrificar la vida en favor de ese nuevo ser que no todas estamos dispuestas a engendrar, y no por ello somos egoístas, ni tenemos por qué acabar solas y rodeadas de gatos. El sexo femenino continua aún demasiado encerrado en los roles que la sociedad patriarcal ha estado imponiendo durante toda la historia de la humanidad, y lo más irónico es que tantas y tantas veces sean las propias mujeres las que sigan este patrón, las que den por sentado que ellas deben ser quienes se ocupen de la casa y de los niños, como si al nacer mujer se llevara sellado en el costado el "deber" de ser ama de casa. Y lo realmente sorprendente es que las que luchamos para que esto cambie y nos negamos a seguir tan estúpidos roles seamos siempre las más criticadas. No deja de sorprenderme la mentalidad arcaica de la sociedad, pese a que vivimos en el siglo XXI y, afortunadamente, la mujer ha dejado de vivir subyugada al hombre, como antaño sucedía. No gusta el feminismo porque hay quienes aseguran que es una forma de anteponer el género femenino al masculino. Están en un gran error. El feminismo surgió para combatir al machismo, para que las mujeres tengamos los mismos derechos que los hombres, ni más, ni menos, pues todos somos personas, independientemente de cuál sea nuestro sexo. Y para el próximo que me suelte la frase protagonista de esta carta tengo muy clara la respuesta: soy joven, y no cambiaré de opinión.
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