El IPC y las pensiones
El pasado 12 de diciembre se hacía público el IPC correspondiente al mes de noviembre, con una bajada de 1,2 y una tasa interanual del 2,4%. Dado que ése es el dato que sirve como referencia para actualizar las pensiones, la cosa se presta a cierta suspicacia.
Resulta que hemos estado soportando durante prácticamente todo el año una inflación del 5% y más, y ahora que toca actualizar las pensiones nos salen con que ha bajado la inflación a la mitad, lo que supone que la paga extra a cobrar en enero por desviación del IPC se quede en una miseria del 0,4%.
Si ya es grave que a quienes tienen pensiones medias y bajas se les vaya a despachar con una «mísera propina», es más grave aún el hecho de que al ser una corrección acumulativa sobre la pensión, la pérdida que ahora puedan tener la van a arrastrar sobre sus pensiones con carácter vitalicio.
Si Estadística dice que el dato es ése, habrá que aceptarlo como fiable, no nos queda otra opción, pero aun así, y a la vista de lo que uno se encuentra a la hora de hacer la compra, que nos disculpen, pero muchos somos los que nos quedamos con la sensación de haber sido víctimas del «timo de la estampita». El IPC lo componen múltiples variables, pero los pensionistas sólo consumimos lo básico para subsistir, y eso básico, digan lo que digan, no vale 102,4 hoy lo que valía 100 hace un año. Así que dicho en términos taurinos: nos parece que «este toro está afeitado».
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