Huevos Pintos
Para nada necesita Pola de Siero, municipio que goza en Asturias y fuera de Asturias de excelente reputación, que la pongan en el mapa. Lo lamentable es que un cardumen de besugos, de la corriente podemita, acaba de colocar a Siero en el mapa de la vergüenza al obsequiar al invitado oficial Leopoldo López, padre de Leopoldo López, prisionero político en Caracas en condiciones execrables, con lindezas tales como fascista, asesino, asqueroso, ojalá se muera tu hijo.
Más vergonzoso aun, si la vergüenza admite grados, es que Javier Pintado y Javier Arjona, alféreces de las mesnadas estacionadas en la vega del Nora para el asalto final al cielo, acusen al vejado Leopoldo López de haber conculcado el derecho a la libertad de expresión de los increpantes por el hecho de que saliera al balcón del Consistorio, se llevara las manos a la cara e incluso se riera frente a la turba hirsuta. El señor Arjona se expresaba (es un decir) en carta publicada en este diario (23.5.16); una muestra gráfica de los estragos que produce deglutir sin masticar.
Cualquiera en su lugar menos templado que López se hubiera llevado las manos a la cabeza y, en vez de reír, os hubiera hecho un corte de manga (que también dicen peineta), y os hubiera mandado a tomar por donde la espalda pierde su honesto nombre (actividad, por lo demás, perfectamente legal).
Vamos a ver, mendrugos: si no os ponéis la libertad de expresión por montera utilizándola como un embudo, tendréis que admitir que la libertad que os permite llamarle a Leopoldo López asesino, por fuerza habrá de permitir, a quien le apetezca, que os llame bocazas, zoquetones, mazcayos, mastuerzos, mamarrachos, tontainas, tontinos, cencerros. Entra dentro de lo posible que alguno de estos adjetivos no se ajuste al cien por ciento al perfil de sus astrosos destinatarios. Mas la encarecida libertad de expresión ¿acaso no autoriza a tomarse ciertas libertades con la realidad?
Qué aburrimiento si tuviéramos que actuar siempre y en todo como notarios o como guardias civiles levantando un atestado. En fin, sabíamos que en la Pola tienen los Güevos Pintos. Nos faltaba descubrir que algunos los tienen de plomo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo