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Mi progama electoral

31 de Mayo del 2016 - Alejandro González Lada (Urbiés)

En plena pre-campaña de unas nuevas elecciones, oigo a los políticos hablar sobre su programa electoral y curiosamente, poco o casi nada de lo que oigo tiene algo que ver con las soluciones que muchos ciudadanos demandamos legislatura tras legislatura.

En multitud de ocasiones, conversando y analizando los problemas que afectan a la economía doméstica, encuentro muchas coincidencias entre personas de muy variada ideología y en la mayoría de los puntos que expongo, coinciden en que para arreglar este país, habría que empezar por ahí, ¿qué cuál sería el programa que contemplaríamos los hartos de palabrería y promesas incumplidas?, muy sencillo:

Recortes en sueldos, dietas y privilegios en general de todo el estamento político: puesto que la crisis la está pagando el pueblo, (y cuando digo pueblo, me refiero al currante que a diario tiene que ir a trabajar y no del diputado o del senador que sestea o juega en su escaño con la nueva tablet) no estaría de más que la clase política demostrara de una vez por todas que están ahí porque buscan mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y no de sus carteras lo digo como lo siento, hasta ahora es lo único que me están demostrando.

Acabar con los aforamientos es algo que de clama al cielo. Que en España existan unos 10.000, mientras que en Alemania o Francia no haya, o que en Italia sólo se contemple como tal al Presidente de la República, debería suponer un acto de contrición de la clase política que tenemos y abolir de una vez por todas es figura que tanto daño está haciendo al país.

Derogación de la reforma laboral: conocemos sus consecuencias y sabemos que el objetivo de bajar el paro no se cumplió, sin embargo se logró crear la figura del trabajador en estado de pobreza, que pese a tener un trabajo, se ve incapaz de asumir los gastos básicos. La esclavitud de un trabajador, sólo puede interesar a quien busca el servilismo en estado feudal.

Subida de impuestos a las mayores rentas: algo que cae de cajón, ya no se puede seguir cargando al ciudadano de a pie con más impuestos y aquellos privilegiados a quienes no se tentaba ni siquiera con un impuesto por el miedo a su huida del país en busca de mejoras fiscales, ya no es necesario; como todos-as hemos podido comprobar, hace años que lo llevan haciendo y por si esto fuera poco, les invitamos a traer parte de lo defraudado en forma de amnistía fiscal, por tanto, como disponen de mucho, lo mejor es ir gravando por posesión por evasión sale gratis

Derogación de prescripción para delitos relacionados con malversación, fraude o evasión fiscal: todos los días desayunamos y cenamos con acusaciones que en otros tiempos harían sonrojar a cualquiera y que hoy no sólo no producen este efecto, sino que lejos de acomplejar o avergonzar, nos muestran a esos sujetos, amparados en prescripciones y demás palabrería, como inocentes, con el apoyo explícito de otros tantos cargos públicos, cuando la única realidad que se esconde tras este hecho, es que hubo delito y el delito desapareció porque transcurrieron X años desde que se produjera el delito.

Respecto a las condenas yo iría aún más lejos, porque me parece una auténtica canallada que todos estos individuos-as, tras una pena mínima, se vayan de rositas y sigan disfrutando del capital hurtado. Yo pediría para estos delincuentes penas con trabajos comunitarios y multas equivalentes en cuantía hurtada o defraudada; el trabajo no humilla, dignifica.

Derogación de la ley mordaza: se trata de un claro ejemplo de cómo coartar los derechos de los ciudadanos, que una persona por el hecho que portar un bolso con una marca X y que un agente de policía te multe con 600 , por interpretar esa marca como infracción recogida en esta pseudo ley, es algo más propio de una dictadura que de una democracia.

Desaparición de las subvenciones a la iglesia o derogación de los privilegios para el pago de impuestos (IBI etc.): "Porque es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios" (Lucas 18:25). Si Jesucristo predicó la pobreza, no es de recibo que con los tiempos que corren, el señor Rouco Varela gaste en su ático de lujo más de un millón de euros, o el arzobispo de Granada viva en un palacio de mil metros cuadrados con chófer, secretarias, servicio doméstico etc. y del mismo modo me parece repugnante que ese dinero público destinado a la iglesia, acabe subvencionando medios de comunicación (difícil definirlos como tales, dado que entienden por informar, la malinterpretación, manipulación y difamación hacia todo aquello que no comulgue con sus credos).

Finalmente el colmo de los colmos está en el copago clerical que cualquiera puede confirmar cuando se pretende visitar alguna de las joyas arquitectónicas o reliquias que se guardan en edificios de su propiedad y dado que hasta ahora estuvimos subvencionando con nuestro impuestos, no debería suponer desembolso alguno, al menos para los ciudadanos que pagan sus impuestos en este país.

Nacionalización de las petroleras y empresas eléctricas: estamos hartos de ver como se nos informa del precio del barril de petróleo bajó en un porcentaje que nada tiene que ver con lo que comprobamos cuando acudimos a una estación de servicio para llenar el depósito. Del mismo modo sufrimos una estafa amparada por la administración, cuando se permite que un consumo de 3 revierta en una factura por importe de más de 60, por la ley del cobro lo que me da la gana.

Acabar con esos sillones, que lejos de provocar una descarga de alta tensión, acogen los mullidos traseros de un pequeño estamento de políticos de puerta giratoria, reconvertidos en consejeros por arte de la varita mágica acuñada con el favor x favor no merece mayor análisis, que el que nos devuelve a la cruda y triste realidad, el político que mira y vela por sus intereses en detrimento de las necesidades de una población.

Soy consciente de que si algún estadista, economista o licenciado en ciencias políticas lee mi alegato, podrán tacharlo de burdo, simple y absurdo pero ¿qué queréis que os diga? la sociedad lo está demandando, va siendo hora de que dejemos de apretarnos los cinturones y ciñamos con doble nudo las corbatas de todos esos que acusan una falta de empatía monstruosa hacia el pobre, el desahuciado, el desempleado, o el trabajador que no llega a fin de mes, el pensionista que no se puede permitir encender la calefacción digo yo.

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