El "lujo" de ayudar a un animal
Me parece increíble que tener un animal o, simplemente, ayudar a un animal enfermo o malherido en la calle sea considerado un lujo, como quien se compra un perfume o un coche de alta gama, o como el que se va a un crucero de quince días a los fiordos noruegos, para que los productos veterinarios conlleven el pago del IVA propio de los artículos de lujo, el 21 por ciento. Esto ha provocado un gran incremento del número de animales domésticos abandonados y, por supuesto, una reducción de las adopciones. Una operación es un gasto impensable para muchas personas, que tienen que ver morir a su animal por no poder enfrentarse al elevado coste que conlleva dicha operación, todo porque salvarle la vida a tu mascota es considerado un lujo. ¿Qué más da que muera? Solamente es un perro, sólo es un gato, sólo es un conejo, sólo es un pájaro... en resumidas cuentas, que no tiene importancia. Lo que ocurre en este país con los animales es vergonzoso, comenzando con una ley de protección animal totalmente irrisoria, en la que la condena máxima, y recalco máxima, por maltrato con resultado de muerte es de 18 meses. Donde torturar y acabar con la vida de un toro es visto como algo normal y legal, amparándose en la "cultura" y la "tradición". Eso sí, por alimentar gatos callejeros y palomas hambrientas en algunos lugares de España te puedes comer (y nunca mejor dicho) una multa mayor que las impuestas por exceso de velocidad. En fin, qué podemos esperar de un país en el que llevar a tu perro o a cualquier otro animal enfermo al veterinario es considerado un lujo completamente innecesario.
Sara Álvarez
avilés
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