Los viajes del Imserso

En su edición del día 18 del mes actual, página 30, aparece la noticia de que "La empresa de los viajes de jubilados a las islas recurrirá contra el Imserso".

Tal recurso lo es por el expediente abierto contra Mundiplán, por las incidencias habidas durante el programa, en cuyo tiempo se han modificado fechas, se han cancelado viajes y se han cambiado hoteles.

Como perjudicado en algunos de estos términos, en primer lugar he de comentar que, se supone, esta empresa (UTE), en la que figuran Alsa, Iberia y otras, al firmar el contrato, sea en el momento que fuere, ya sabían, o debían saberlo, que ponían en marcha el plan con dos meses de retraso y que ello les traería consecuencias. A pesar de ello, lo firmaron y se pusieron a la comercialización de plazas, aunque ello les obligara a hacer todas esas modificaciones o cancelaciones que tanto perjudicaron a muchos viajeros jubilados. Dudo mucho que sólo fuera el 2 por ciento que se menciona y que se hayan molestado en saber a qué tipo de jubilados perjudicaban.

Nuestro viaje, con mi esposa, comenzaba el día 10 de abril y finalizaba el 24 del mismo mes, con estancias en Los Realejos (Tenerife) y Maspalomas (Gran Canaria), según figura en el bono que nos fue entregado por la agencia al hacer el contrato. El pago debía hacerse, como muy tarde, 45 días antes del comienzo del viaje.

De entrada, unos días antes pasé por la agencia, como me indicaron, para que nos dieran el bono definitivo. Pues bien, la salida se había adelantado un día y el hotel de Los Realejos había sido sustituido por otro al sur de la isla y del que, salvo cosas puntuales, no es que fuera como otros que hemos conocido, pero pasable. Dada la fecha que preguntamos, si no vamos a la agencia, perdemos el viaje. Nadie nos avisó.

El sábado 16 de abril, terminada la estancia en Tenerife, nos trasladan al puerto para tomar el ferry con destino a Gran Canaria, donde teníamos asignado el hotel Dunas Mirador Maspalomas. Sin previo aviso, una vez en el autobús que nos trasladaría al hotel asignado, nos indica el guía que en lugar del hotel asignado nos van a llevar a otro de mejor calidad, a pie de playa (y ello para compensar la protesta de otro colectivo asturiano que se negó a descender del autobús al observar el cambio de hotel y la categoría del mismo).

El tal mejor hotel resultó ser un apartotel de 2 llaves. Cosa que ya sabría el guía, pues nada más descargar la última maleta, él, con el autobús, desapareció sin más. Efectivamente, había playa, pero no la utilizaba nadie, pues la piedra más pequeña para acceder a ella era de 25 centímetros de diámetro; para ir a una playa decente había que andar como mínimo un kilómetro. Dependíamos totalmente de taxis, "guaguas" o coches de alquiler para movernos a algún sitio. El paseo era por una pista de piedras y polvo que hacía desistir de ello. Tenemos visto a un matrimonio de bastante edad y con muy poca movilidad pasar el día casi entero en el vestíbulo del hotel. En honor a la verdad, hay que decir que el comportamiento del personal fue magnífico.

Vamos a dejar algunas otras cosas que harían demasiado largo este escrito.

Llega el día 23 de abril, regreso a Asturias. Se nos cita a las 05.45 de la madrugada para tomar el autobús que nos ha de llevar al Norte a tomar el ferry hacia Tenerife (otra vez, como si no hubiera aeropuerto en Gran Canaria), para tomar el avión que, teóricamente, saldría a las 14.40. Si esto hubiera sido así, la espera en Los Rodeos habría sido de unas 4 horas. Pero cuando subimos al autobús ya se rumoreaba que el avión no saldría hasta las 16.00, con lo cual, de ser así, la espera se ampliaba a 5 horas y media. Se nos facilitó un bono de 8 euros (ocho) para la comida en el aeropuerto (quienes conocen los aeropuertos, ya sabrán qué se puede hacer con esa cantidad).

A partir de la entrega de los bonos, los guías dicen que van a comer y desaparecen. No los volvimos a ver más.

Para más inri, el avión salió a las 17.40 (una hora y media más de espera, y van en total 7 horas, sin explicaciones, sin nadie de Mundiplán). Algunos tuvimos que ayudar a personas que lo necesitaban a facturar, etcétera. Llegada a Asturias a las 21.00 horas. Esto se llama organización y se supone que las empresas que componen Mundiplán deben tener departamentos y personal para estos cometidos.

Ya he presentado quejas en la agencia de viajes, contacté por email con Mundiplán, cuya respuesta fue que lo sentían y que pondrían todo su empeño en solucionar estas anomalías en el futuro. Mientras, los paganos, los de siempre.

He presentado, adjuntando las comunicaciones con Mundiplán, una queja al Imserso. Y, como le indiqué a Mundiplán, mientras ellos comercialicen las islas, yo no adquiriré ninguna plaza más.