La lógica más aplastada
El auto de un juez de Madrid autorizando las esteladas en la final de la Copa del Rey, se fundamentó en la libertad de expresión, y en que no se había probado que con ellas se incitase a la violencia, el racismo, la xenofobia o cualquier otra forma de discriminación que atente contra la dignidad humana; o que pudiera conllevar una perturbación grave de los intereses generales o de terceros. Dicho auto fue acogido con alivio por muchos; quizás porque entendían que así se evitaban nuevos problemas, prefiriendo el mal conocido de la bajada de pantalones ante las muestras de desprecio y perturbación contra el himno y contra el Rey. Luis Enrique, entrenador del F.C. Barcelona, declaró con su habitual altivez que «Al final se ha llegado a la lógica más aplastante y a respetar la libertad de expresión de todas las personas». Pero si usamos la lógica, habría que admitir: 1º Que la estelada es una bandera nacida exclusivamente como instrumento para la secesión de una parte de España; y 2º Que según el artículo 2 de la Constitución, ésta se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles... Ergo, la estelada, en tanto símbolo usado contra el fundamento mismo de la Constitución, resulta una bandera abiertamente anticonstitucional. Concluir que su exhibición no genera violencia ni discriminación o que no perturba los intereses generales, es mucho concluir. Aun cuando se haga en un auto de un juez de Madrid, ignorando cómo se va aplastando en Cataluña a quienes no se doblegan ante la imposición de lo que significa la estelada.
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