Políticos y plena inclusión
El pasado viernes tuve la suerte de poder asistir como invitado a la asamblea general que Plena Inclusión Asturias (hasta ahora FEAPS) celebró en Oviedo, una asamblea diferente, abierta, transparente y participativa, en la que se aprobaron tanto la memoria correspondiente al año 2015 como el plan de acción de este año 2016, pero donde los verdaderos protagonistas fueron ellos, las personas con discapacidad intelectual y sus familias.
Más de cien personas (familias, amigos, profesionales, directivos y personas con discapacidad intelectual) participamos de un acto cargado de positividad, ilusión, reivindicaciones y muchas emociones. Eso sí, allí no había ni un solo miembro de los partidos políticos que tienen representación en la Junta General del Principado de Asturias. Sí asistió a parte de la asamblea, y es justo decirlo, la directora general de Servicios Sociales de Proximidad, Lina Menéndez. Aunque los problemas de este colectivo, en su mayoría, siguen siendo los mismos que hace un año, hay que reconocer, y así lo hacen los profesionales y usuarios, que la actitud de esta Consejería, con Pilar Varela a la cabeza, nada tiene que ver con la anterior, y eso, al menos una buena actitud y disposición, es de agradecer.
Ahora bien, no tiene disculpa alguna que ninguno de nuestros diputados, los que nos representan o, en su defecto, algún miembro o candidato de los distintos partidos políticos, haya estado allí. En poco tiempo, y con toda seguridad, estoy convencido de que empezarán a pasearse con su mejor sonrisa por distintos centros, participar en debates e incluso reunirse y pedir el voto a las personas con discapacidad intelectual. Llega la época de las promesas, de las buenas palabras y de las palmaditas en la espalda; lo mismo que hace ahora un año, lo mismo que durante el pasado diciembre, lo mismo de siempre. Mientras tanto, solamente hay que echar un vistazo y escuchar cuáles siguen siendo las principales demandas y reivindicaciones de estas personas, prácticamente las mismas. El verdadero compromiso, estar de verdad a su lado, no entiende de campañas electorales y requiere de un apoyo y un trabajo continuados en el tiempo que solamente será bueno si se escucha a los verdaderos protagonistas. Por eso, la del pasado viernes fue una nueva oportunidad perdida.
No obstante, y aunque sean muy significativas, estas ausencias son una mera anécdota si las comparamos con la fuerza de las intervenciones y lo importante de lo que allí escuchamos. Por eso yo me quedo con Carmen, con José, con Cristina, con Pilar y con Sinaí. Ellos representaban a un montón de compañeros que solamente piden que se les dé la oportunidad de conocerles tal y como son y de que se les tenga en cuenta. Y así fue, y nos dieron una lección de vida, de fuerza, de generosidad, de ganas de romper barreras y superarse; una lección moral para quien no entiende que todos somos personas y que todos merecemos un trato digno y una oportunidad de vida. Con eso es con lo que hay que quedarse. Por lo demás, allá cada cual con su conciencia.
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