A la junta directiva del Grupo Covadonga
El pasado fin de semana tuvo lugar la XXIV Marcha a Covadonga organizada por el Real Grupo de Cultura Covadonga (RGCC). Para mí, era la IV, y si bien la experiencia de los años anteriores había sido maravillosa, este año he de decir que no estuvo a la altura de mis expectativas, ni de muchos otros participantes, como pudimos comentar después.
Bien es cierto que el tiempo no acompañó, pero quizá por eso el esfuerzo fue mucho mayor y el recibimiento en Covadonga dejó mucho que desear.
Sinceramente, ¿qué necesidad había de retrasar la salida desde Cangas de Onís 30 minutos para no coincidir con el Centro Asturiano de Oviedo? ¿Acaso el camino es exclusivo? Es un tema que a día de hoy no logro entender.
Los que quisimos oír misa fuimos directos a la basílica. La misa era a las 13.30 horas, así que lo de la foto oficial en la fuente y el recibimiento por parte del grupo de coros y danzas, si es que lo hubo, nos lo perdimos. No se puede organizar una foto oficial sin tener en cuenta a todos aquellos que decidimos acudir a la basílica, me parece una falta de respeto hacia todos los que emprendimos el camino con ilusión y con el añadido este año de una meteorología bastante adversa, que si ya de por sí la marcha es dura, caminar durante alrededor de 6 horas bajo la lluvia incesante dice mucho del esfuerzo que hicimos para llegar a ver a nuestra Santina. Es un momento muy emotivo o, mejor dicho, era un momento muy emotivo porque cuando llevas 80 kilómetros caminados y estás coronando para llegar a la explanada de la basílica y oyes el roncón de la gaita empiezas a notar un nudo en la garganta, se te eriza el vello y, sin poder hacer nada para remediarlo, se te llenan los ojos de lágrimas. Es un sentir que hay que vivir, no hay palabras, sólo emoción y agradecimiento. Luego vienen los abrazos con los compañeros de camino, es un momento especial. Y este año, sinceramente, no lo fue. Tras la celebración de la misa, tuvimos que ir a la carrera a la santa cueva a ver si por lo menos llegábamos para la ofrenda floral, que estaba prevista a las 14.15 horas. Menos mal que ya habíamos comprado las velas en Cangas de Onís el día anterior, porque si llegamos a tener que comprarlas en las tiendas de souvenirs que hay en Covadonga, seguro que nos la habríamos perdido.
La actuación de nuestro orfeón, como siempre, espectacular, pero ¿merece realmente la pena trasladar al coro para cantar solamente tres canciones?
Por último, no quisiera terminar sin hacer ninguna referencia a la comida, bastante inferior en calidad a lo que estábamos acostumbrados.
Ayer estaba realmente indignada, hoy, en cambio, más que indignación lo que tengo es un sentimiento de tristeza y desilusión.
Dicho esto, agradecer a mis compañeros de camino la camaradería y la complicidad y los buenísimos momentos que compartimos… Me gustaría de corazón hacer borrón y cuenta nueva con vistas a la marcha del año que viene, que será la XXV, ahí es nada, y para mí sería la V, pero vistos los acontecimientos, pocas ganas, o mejor dicho ninguna, tengo de ir en este plan y si repito, que repetiré, porque la Santina es la Santina, quizá no sea con el RGCC, sociedad a la que pertenezco desde hace más de 38 años a mis 39 eneros cumplidos.
MARTA CHAMORRO ALONSO
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