A vueltas con los texos asturianos
Los libros de fábrica parroquial constituyen un auténtico tesoro de datos y noticias referidos a las estructuras materiales de los edificios sacros, que, obligatoriamente, desde el año 1563, acompañaron, cumpliendo las prescripciones del sacrosanto Concilio tridentino, la vida y las vivencias de las iglesias parroquiales, en donde confluían los feligreses de cada parroquia para expresar las relaciones de culto del hombre con Dios.
Cualquier elemento que se refiriera a la fábrica o estructura material del edificio sacro y que originara un gasto debería tener un asiento en el correspondiente libro, donde los investigadores de la posterioridad se van asomando, con el fin de acotar pequeñas parcelas de historia parroquial que contribuyan a ofrecer la historia grande de la feligresía.
En nuestras parroquias resulta casi excepcional la falta de un campo de la iglesia en que poder celebrar las procesiones, las rogativas, las fiestas, los encuentros de amistad entre las feligresías, contribuyendo todo al establecimiento de unos lazos casi familiares con que los feligreses se van vinculando cada vez más estrictamente en sus vivencias como una gran familia.
En esos campos de la iglesia proliferaron las arboledas de distinto tipo, fresnos, castaños, robles, negrillos u olmos, nogales, castaños de Indias, laureles, cuya sombra resultará siempre beneficiosa, sobre todo en las fiestas, ferias o romerías. Entre los árboles del campo de la iglesia, se cuenta con frecuencia el "texu", que introduce como un elemento casi sacro y reverencial, con su presencia y su hoja perenne, que, en casos llega a marcar una excepción en la vida en torno, bien porque a su sombra se reúnan los feligreses o porque crea un elemento exótico en el paisaje, sugeridor de sacralidad.
Su plantío origina normalmente un gasto en la contabilidad parroquial y, al no haber otra vía de reflejarlo, se incorpora a los libros de fábrica, como si el apunte contable formara parte del edificio mismo, que también testimoniaría las vivencias del entorno del templo o edificio sacro.
"Texos" en los libros de fábrica
En otro artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA (23.VII.2013) tuve la satisfacción de exhumar algunas noticias que documentaban la plantación de los texos de Montovo y los de Fresnedo y Leiguarda, en el arciprestazgo de Belmonte. Fueron muchas las llamadas de felicitación que hube de atender, porque en aquel artículo abría pautas para la consideración de los "texos" como árboles en un cierto modo totémicos, testigos de ancestralidades y de reminiscencias sacras, siendo las plantaciones realizadas como con un cierto ritual, que se desarrollaba en las noches del plenilunio del mes de enero o de los solsticios, sobre todo de invierno, tiempo el más indicado para hacer el plantío.
Subtítulo: Los de Santa Cruz de Llanera y Arlós
Buscando por otro motivo un dato de mi interés sobre el santuario de Nuestra Señora de los Afanes en el libro de fábrica de la parroquia de Santa Cruz de Llanera, tropecé de manos a boca, sin esperarlo, con la noticia a la que voy a dedicar el resto de este artículo.
Manejaba yo el libro de fábrica de esa parroquia llanerense cuando vine a tropezar con la noticia siguiente, a su folio 130 (Ref. 29.11.6): Al tomar el párroco don Nicolás Fernández Galán al mayordomo de la fábrica don Francisco Álvarez, menor, las cuentas del año 1771, encuentro que se le hizo de cargo al referido mayordomo de "quatro reales que se gastaron por buscar y plantar cinco texos alrededor de su iglesia".
En una nota al margen figuraba el siguiente apunte: "Plantación de los tejos en el campo de la iglesia. Destruidos en el año 1936, para atizar las cocinas de los milicianos" y lo firma don Manuel José Pérez García, investigador llanerense, que recopiló en una extensa miscelánea datos los más peregrinos sobre el concejo donde nació el citado investigador (por supuesto, que no puedo menos de censurar la inclusión extraoficial de la noticia, escribiendo algo ajeno en el libro de fábrica, aunque aporte un dato inesperado que complementa la anotación en el libro).
Hacía muy poco tiempo que, según las mismas cuentas de 1771, se "había pagado a los maestros de la obra de la iglesia, para su manutención y a cuenta de su trabajo, por parte del mayordomo 165 reales con seis maravedises". Esa circunstancia de haber realizado en la parroquia obras recientes de cierta importancia me lleva a pensar que el párroco don Nicolás quiso dejar testigo exterior de la obra del templo, haciendo coincidir la finalización de las obras con el plantío de los aludidos "texos" de los que menciona el referido don Manuel José, que ha conocido solamente tres de gran corpulencia", desaparecidos en la manera fatídica que él refiere en la nota, que, aunque extraoficial a la confección y destino del libro, sin embargo sirve de hermoso testimonio sobre "texos" asturianos.
Probablemente tenga que ver con la misma noticia el "texu" de Santiago de Arlós, que sobrevive en la actualidad, dado que por aquella época Arlós era parroquia filial de Santa Cruz y el mismo párroco don Nicolás Fernández Galán estaba al cargo de las dos feligresías, existiendo la posibilidad de que al plantar los "texos" de Santa Cruz haya hecho extensiva la plantación a la parroquia filial, extremo del que, sin embargo, no queda constancia en el libro de fábrica de Arlós.
Con una gran satisfacción me complazco en transmitir esta noticia sobre los "texos", hoy perdidos, de Santa Cruz y sobre el que pervive de la parroquia de Santiago de Arlós.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

