Los superpoderes de la Policía Local
Los agentes de la Policía Local pasan diariamente por delante de nosotros erigiéndose en la autoridad competente de todos los ciudadanos, pero no somos conscientes de la capacidad intrínseca que les confieren esos uniformes. Estas capacidades se ponen de manifiesto en multitud de ocasiones pero alguna en concreto llama poderosamente la atención.
Cuando se transita por una calle céntrica de nuestra capital se pueden observar estos alardes de sus superpoderes. La situación es la siguiente, una zona delimitada con señalización como carga y descarga, y la típica imagen de una sucesión de furgonetas estacionadas en ese espacio. Aparece en ese momento la autoridad, que tras aparcar sus motocicletas se arman de papel y boli para sancionar esta conducta. La base de la amonestación se fundamenta en el exceso del tiempo permitido para realizar la carga y descarga y la verificación del hecho en la mano biónica de nuestros agentes. Su forma empírica para comprobar si el vehículo lleva más de X minutos estacionado es comprobar si el capó está caliente. Es una capacidad asombrosa que si uno analiza con detenimiento le asaltan cientos de preguntas. ¿Cómo es posible calcular el tiempo que un vehículo lleva estacionado simplemente por la temperatura de la chapa? ¿No influirían en esta toma de datos variables tan diversas como la aleación del material? No todas las aleaciones son iguales ni tienen la misma capacidad calorífica, por lo tanto no transfieren el mismo calor. La temperatura ambiente es un factor a tener en cuenta en la toma de datos, no cederá calor a la misma velocidad si nos encontramos a 5º que a 25º. Incluso la temperatura corporal del sujeto en el momento de la comprobación hará que la sensación térmica que perciba el individuo varíe, al igual que la dureza de la mano que testea el vehículo influirá en esta apreciación.
Concluimos que la precisión sensorial de los agentes es fuera de lo común y pertenece al mundo de los superhéroes, capaces de resolver la ecuación calor-tiempo con una simple toma de datos a través de sus manos biónicas. ¿Superhéroes o afán recaudatorio?
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