No me resigno: por el camino de la victoria
Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, que Dios protege la inocencia y que no hay mal que cien años dure. El refranero español es tan sabio como prolijo, y parece adivinar que se avecinan nuevos tiempos para la medicina interna asturiana. Es hora de dar paso al perdón, que no al olvido, para reconstruir a golpe de ilusión, de muchísima generosidad y con calma vigilante una especialidad médica vapuleada por el despotismo aderezado por la complicidad de unos y la permisividad de otros que jamás debe volver a repetirse.
Hoy siento cómo el cosquilleo de la ilusión rebusca en las cenizas de una vocación desterrada por gente que sin ningún escrúpulo se permite el lujo de decidir sobre el futuro de personas que sí tienen vocación, amor por la medicina y devoción por el buen hacer en su profesión.
Hoy la esperanza renace al ver cómo la Fiscalía Superior de Asturias nos confirma la apertura de diligencias de investigación a don Victoriano Cárcaba Fernández, ejecutor y responsable del mayor daño que se le puede hacer a una especialidad: generar fractura entre los profesionales a través de un favoritismo inmoral e ilegal con acciones tan deleznables como el tráfico de información privilegiada en una OPE y del que acaban siendo víctimas todos, menos él. O al menos eso pensaba (¡!).
LA NUEVA ESPAÑA se ha hecho eco del inicio de un esperadísimo y exigido recambio en la dirección del área de medicina interna del HUCA. Aunque con apariencia de convocatoria formal para dar salida a una situación de provisionalidad, a nadie se le escapa que, en realidad, se trata de cesar en un puesto de altísima responsabilidad pública sanitaria a un individuo investigado por acciones no propias de un médico. La infracción señalada, en otras circunstancias, daría con sus huesos en su plaza básica mientras se incoa el expediente, pero aquí parece que su separación del puesto será más amable. Esta "generosidad" en ningún modo puede banalizar el hecho acometido, ni permitirle una patente de corso para ejercer como aparente sátrapa en la medicina. En ningún caso puede erigirse por encima de la ley. Y mientras me quede aliento, tampoco por encima de la ética ni del respeto a todos sus compañeros, que no súbditos, ni esclavos. Sólo espero que no se le ocurra presentarse de nuevo al puesto. Y si así fuera, será adecuadamente replicado por una pléyade de compañeros que jamás permitirán que se repita la tristísima historia que ahora ve un final si no feliz, al menos pacífico. No es cuestión sólo de currículum, sino también, y aun más, de honorabilidad.
Son momentos de cambio en el que todos generosamente debemos estar dispuestos a luchar y apoyar un nuevo director con las cualidades suficientes como para que ni siquiera en sus peores momentos desvaríe con pretensiones de soberbia, tiranía y despotismo. Sabemos de sobra que esas personas válidas profesionalmente y sin ninguna mancha o tufo a ilegalidad tienen nombre y apellidos en el HUCA sin falta de rebuscar bajo las piedras, y tanto los gestores del SESPA como los profesionales les conocemos.
Hoy me siento esperanzada, hoy me siento ilusionada y anuncio que jamás volveremos a bajar la guardia y desde la barrera vigilaremos el buen hacer de esta transición hacia una nueva era porque… no me resigno… y estoy segura de que ya muchos más no se resignan…
Isabel Carrio
Avilés
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