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La verdad sobre el fraude masivo por daños del lobo

28 de Junio del 2016 - Xuan Valladares Álvarez (Villa de Caldueñu (Llanes))

Leí con atención una noticia del pasado miércoles sobre un presunto fraude masivo por daños del lobo. Es cierto. Como presidente de la Asociación de Ganaderos Trashumantes de Asturias (AGTA) y vocal de Asturias Ganadera-USAGA puedo asegurar que hay un enorme fraude en el asunto de los cobros de los daños por ataques de lobo en Asturias.

Llevo al menos diez años recabando información acerca del comportamiento del lobo en distintas áreas de Asturias, recogiendo indicios diversos de su movilidad y variaciones de población, recopilando datos muy directamente, analizando los discursos de los presuntos damnificados y de sus vecinos, los informes y argumentos de la guardería, etcétera. También he tenido alguna pérdida, aunque afortunadamente discreta, que ni siquiera denuncié. Probablemente disponga de una información más completa que nadie en Asturias y, desde luego, es un asunto esto del fraude de los daños que me indigna profundamente y me llega a enfurecer en algunos instantes, cuando se exacerba la desfachatez a la que llegan algunos manipulando la realidad a su conveniencia.

Echando un vistazo al mapa de Asturias donde se indica el presunto número de ataques en cada concejo habidos el año pasado ya queda patente la dimensión del posible fraude. Por ejemplo, en Cangas de Onís, veintiún ataques pone en el mapita. Espero que mis amigos de la zona no se enfaden demasiado; este fraude hay que denunciarlo ya, definitivamente. Aclararlo de una puñetera vez a todos los asturianos. Señores y señoras, un solo socio de la AGTA de este municipio sufrió más daños este pasado año que lo que pone en ese fraudulento mapa. Más de cuarenta animales, entre terneros y cabras, le mataron el año pasado a este socio y amigo. Por si fue una errata sin mala intención, analizo con atención los datos de otros concejos donde dispongo de contactos, socios o allegados, que me han ido proporcionando información directa de la buena, no tamizada por burócratas, ecolojetas desinformados ni políticos de baja estofa. Peñamellera Baja: veintitrés ataques. Dato falso, fraudulento, pues empiezo a suponer que no es sin querer. Más de veintitrés animales perdió también un solo ganadero de mi entorno. Llanes, cincuenta y dos; sólo los daños sufridos por dos ganaderos de la asociación ya superan esa cifra. Otro tanto ocurre cuando repaso Mieres, Cangas del Narcea, Caso… ¡Todo es un fraude, un puñetero fraude! Debemos pillar a los tramposos, los remedos del "caso Marea" que, según la señora Renedo, hay en “otras consejerías…”.

Los ataques del lobo a la cabaña ganadera son tan cuantiosos como para convocar una y otra vez a cientos de ganaderos en distintas manifestaciones, reclamando una solución: ¿alguien es tan idiota de pensar que si el fraude fuera el problema masivo de este asunto se podría reunir a toda esa gente repetidamente? ¿Cree algún rey de la torticería que las manifestaciones aglutinan a ganaderos malandrines con el fin de presionar a la Administración para que se deje engañar más? Pobres políticos asturianos, que se ven obligados a replantearse las ayudas para compensar los daños debido a su conocida escrupulosidad en el manejo de nuestros fondos comunes.

Llevamos años denunciando que se debe revisar el protocolo de daños sin éxito. Estamos cansados de exponer datos que prueban que la mayoría de los daños ni siquiera se pueden denunciar con el actual sistema. Nunca han querido mejorar el protocolo, supongo que para no gastarse lo que realmente deberían emplear para compensar los verdaderos daños. Un fraude, vamos. Pero, de repente, los retorcidos estos tienen una excusa para cambiar rápidamente la política de ayudas a los daños en dirección contraria, una que a costa de los ganaderos honrados permita a la Administración ahorrarse dinero. Como hay guardas que ante la duda a lo mejor tiran para el paisano, en lugar de seguir la consigna de que hagan lo contrario tienen una excusa perfecta para decir que el protocolo no funciona. De entre aquellos quizá haya algún tramposo que se beneficiara de ello; no sólo medran los chorizos entre la clase política, aunque sin duda ésta roba más que la guardería. Hablan de pagos fraudulentos por valor de 150.000 euros, aunque aquí se incluyen pagos de daños reales con una inadecuada aplicación del protocolo, y mayormente no fueron sufragados debido a los habituales retrasos. Pero lo cierto es que la Administración debe a los ganaderos más de cuatro millones de euros de los daños reales del año pasado, sí. Como suena. De forma que si el nuevo protocolo que propongan consiguiera eliminar el presunto fraude, pero también consiguiera computar todos los daños reales, la Consejería necesitaría para poder pagarnos que devolviesen desde su entorno político y administrativo algunos de los millones de euros que nos han ido robando a los asturianos durante los últimos veinticinco años.

Como los ganaderos estamos defendiéndonos de distintos atropellos a los que nos someten hay quien desea compensar haciendo que perdamos credibilidad ante la opinión pública. Decid todas las estupideces que queráis. Manipulad la realidad a vuestro antojo. Seguid vuestra inclinación natural hacia la mentira. Estáis condenados de antemano. Nadie os cree ya. En particular, el que suscribe estas líneas contestará siempre y una por una cualquier información imbécil, retorcida o manipuladora que pretenda socavar los derechos de los ganaderos y ganaderas asturianos, o su buen nombre. Guardias, coged de una vez a los verdaderos tramposos y, jueces, metedlos en la cárcel hasta que devuelvan todo el dinero que nos han robado. Y en el lote incluyo tanto a algún ganadero que debe de haber por ahí falseando un puñado de ataques como a los numerosos políticos que nos "Marean" robándonos millones de euros sin vuelta a todos los asturianos.

Sí. Hay un gran fraude en el cobro de daños del lobo. Existe una diferencia descomunal entre los daños reales y los admitidos por la Administración regional. No cobramos ni un veinte por ciento de los ataques reales, y eso suponiendo que vayan a pagar los daños ya admitidos que acumulan un retraso considerable. Y hasta aquí la verdadera historia del fraude masivo por daños del lobo.

Xuan Valladares Álvarez,

Villa de Caldueñu, Llanes

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